Los humanos ya podemos comprar grabaciones destinadas a los alienígenas
Las audiograbaciones que la NASA envió al espacio en 1977 con intención de que cayeran en manos de alguna civilización extraterrestre han salido a la venta en una edición especial, según informa el portal de la compañía discográfica Ozma Records.
Se trata de los materiales presentes en el disco de oro mandado a bordo de las sondas Voyager 1 y Voyager 2, que ahora han sido publicados en tres discos de vinilo.
Sonidos de la Tierra
Las audiograbaciones incluyen "la mejor música de la Tierra de innumerables pueblos y épocas, desde Bach y Beethoven hasta Blind Willie Johnson y Chuck Berry, desde las percusiones de Benín hasta las flautas de Pan de las islas de Salomón"; así como saludos en decenas de idiomas y sonidos tanto de la naturaleza, por ejemplo truenos y erupciones de volcanes, como relacionados con los humanos: el sonido de un tren, el de un carro de caballos o el de un beso de una madre a su hijo.
"Golden Record [Grabación de Oro] cuenta la historia de nuestro planeta expresada en sonidos, imágenes y ciencia", explica Ozma Records en su web.
La insólita carga de las sondas Voyagers, que también incluía numerosas imágenes sobre la humanidad y mapas que ayudaban a encontrar nuestro planeta en el universo, estaba destinada a cualquier civilización extraterrestre que pudiera detectar las sondas.
Ozma Records ha anunciado la salida a la venta de cajas recopilatorias que constan de tres discos de vinilo y un libro al precio de 98 dólares. La empresa estadounidense comenzará a suministrar los pedidos el próximo mes de enero.
El proyecto ha sido materializado tras recaudar fondos desde el año 2016. La compañía consiguió reunir 1,3 millones de dólares mediante la plataforma de 'crowdfunding' Kickstarter.
Regalo al espacio y a la humanidad
Las sondas Voyager son las naves espaciales que más lejos han viajado de todas las que han sido lanzadas desde nuestro planeta al espacio exterior.
Una de ellas, la Voyager 1, entró en el espacio interestelar en el año 2012 y se encuentra actualmente a una distancia de 21.000 millones de kilómetros de la Tierra, el récord para un aparato terrestre.
Volando a una velocidad de 17 kilómetros por segundo, tardará otros 40.000 años en pasar a 1,6 años luz de una estrella de la constelación Camelopardalis (Jirafa), por lo que "podríamos no saber nunca si una civilización extraterrestre ha llegado a escuchar esta grabación o no".
"Ha sido un regalo de la humanidad al espacio. Pero también es un regalo a la humanidad. La grabación encarna un sentido de posibilidad y esperanza. Y es tan relevante ahora como lo fue en 1977. Quizás aún más", concluye la compañía discográfica.
foto: Representación artística de uno de las sondas Voyagers.