El último lanzamiento de misil intercontinental realizado por Corea del Norte, que estableció un nuevo récord de altura, significó un gran avance en las capacidades técnicas de este tipo de armamento del país asiático. La triunfante sonrisa que lució Kim Jong-un al momento del ensayo balístico es un testimonio de la importancia atribuida por Pionyang a este lanzamiento.
Las imágenes difundidas por los medios locales muestran cómo el líder norcoreano, rodeado de asesores y del alto mando militar, monitorea el proceso de lanzamiento.
Tras el despegue del misil, una gran sonrisa victoriosa aparece en el rostro de Kim Jong-un, quien festeja, ríe y no oculta su alegría, mientras sigue con la mirada la trayectoria del proyectil a través de una pantalla.
Los otros hombres presentes en el centro de monitoreo acompañan el regocijo de su líder con sonrisas, exclamaciones de júbilo y aplausos.
La Televisión Central de Corea del Norte aseguró que este misil, denominado Hwasong-15, "tiene la capacidad de alcanzar toda la parte continental de EE.UU." y que este exitoso lanzamiento marca la ansiada realización de "la gran causa histórica" norcoreana de completar su programa nuclear.
El último misil norcoreano estableció un nuevo récord local al elevarse a 4.475 kilómetros de altura. Así, "si volase en una trayectoria horizontal en lugar de vertical, este misil tendría un alcance de más de 13.000 kilómetros". Lo que es lo mismo, una distancia "más que suficiente para llegar a Washington D.C.", afirma David Wright, codirector de la Unión de Científicos Comprometidos.