Cuando se habla de Ecuador, innegablemente la mayoría de los turistas lo asocian con la "Mitad del Mundo", porque justamente el país debe su nombre a que está ubicado sobre la línea ecuatorial, que divide al planeta en dos hemisferios: norte y sur.
En el país, cerca de Quito, existen cuatro lugares con monumentos que resaltan justamente esa mitad del planeta, que son la conocida Ciudad Mitad del Mundo, el poblado Calacalí, el cerro Catequilla y la localidad San Luís de Guachalá.
Pero, ¿cuál de estos lugares está asentado verdaderamente sobre la "Mitad del Mundo"? ¿en dónde se puede pisar realmente la latitud 0º 0' 0", cuya distancia es igual del Polo Norte y del Polo Sur?
Ciudad Mitad del Mundo
La Ciudad Mitad del Mundo es el lugar más visitado por los turistas que van a Ecuador, está ubicado en la parroquia de San Antonio del Distrito Metropolitano de Quito, a 13,5 kilómetros de la capital ecuatoriana.
En 1936 se construyó en este lugar una torre de 10 metros de altura, en honor a la misión geodésica francesa que 200 años antes habían ubicado la latitud 0º 0' 0" en estas tierras, cuando vinieron a probar el achatamiento polar y el ensanchamiento ecuatorial de la tierra.
La torre estuvo hasta 1979, cuando se decidió hacer un monumento más grande, de 30 metros de alto, que es el que está actualmente y constituye el primer atractivo del parque, con una terraza con vista 360º y un museo etnográfico en su interior.
La Ciudad Mitad del Mundo recibe alrededor de 500.000 visitantes al año. Los turistas, locales y extranjeros, además de subir a la torre principal, pueden recorrer la estación del tren, que cuenta la historia de los ferrocarriles en Ecuador; viviendas ancestrales, por cada región del país; un pabellón que exhibe las obras de Oswaldo Guayasamín, el pintor, dibujante, escultor y muralista más destacado de Ecuador.
También está un museo dedicado a la misión geodésica francesa; y hay un planetario.
Junto a la Ciudad Mitad del Mundo se construyó la sede oficial de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que por su majestuosidad, se ha convertido en otro lugar de interés para los turistas.
¿Está en la mitad del mundo esta ciudad? La respuesta es NO. Este asentamiento está a 240 metros al sur de la línea ecuatorial (sobre el paralelo 0º 0' 7.83" latitud Sur). El hecho se supo a finales del siglo XX, cuando salieron los GPS con mayor precisión.
Catequilla
"Es un lugar sagrado", es la primera advertencia de Fernando Andrade, uno de los guías encargados de llevar a los turistas hasta el cerro Catequilla —en quichua Kati Killa, "el que sigue a la luna"— una elevación que se puede apreciar desde la Ciudad Mitad del Mundo.
Pocas personas suben a este punto, aunque conocedores locales, como Andrade, guía turístico y espiritual de la zona, han establecido una ruta para que los visitantes se puedan acercar.
Lo primero que se observa al llegar al lugar es el Monumento Pilar del Sol. El guía explica que está compuesto por 12 cabezas —cada una representa a un mes del año— y en la parte alta está una estrella de ocho puntas. El artífice de esta obra es Gustavo Guayasamín, familiar de Oswaldo Guayasamín.
Este lugar fue descubierto el siglo pasado y ahí el Instituto Geográfico Militar instauró un hito.
Lo cierto —cuenta Andrade— es que este espacio ya había sido descubierto por los ancestros que habitaron la zona, los de la Nación Quitu Caras.
En el lugar, muy poco investigado, hay un disco de piedra, presuntamente construido en tiempos preinca. Andrade detalla que 50 kilómetros alrededor de esta montaña están ubicados estratégicamente otros lugares para rituales espírituales o "templos solares naturales".
¿Está en la mitad del mundo? Con 2.638 metros sobre el nivel del mar, es uno de los puntos más alto de la mitad del mundo, después del volcán Cayambe, donde esa línea imaginaria toca la nieve. Catequilla está exactamente en la latitud 0º 0' 0" y lo demostró Andrade con su GPS de alta sensibilidad.
En el video se aprecia como con un solo paso se cambia del hemisferio norte al sur (se observa en la letra que aparece en la parte superior de la pantalla, que cambia de N a S).
En los equinoccios de marzo y septiembre, el sol cae perpendicularmente en este punto. En un determinado momento del día no hay sombra.
Calacalí
En la plaza principal de Calacalí, un poblado ubicado a 9 kilómetros de la Ciudad Mitad del Mundo, está otro monumento que hace gala a la latitud 0º 0' 0".
Pero Calacalí no está ubicada sobre la línea ecuatorial. El monumento en cuestión es la torre de 10 metros que se instaló por primera vez en la ahora Ciudad Mitad del Mundo.
En 1979, cuando se tomó la decisión de construir la nueva torre de 30 metros, la de 10 metros fue trasladada hasta esta localidad, a petición de sus pobladores, relató Andrade.
"Es un recuerdo histórico que se le dio a Calacalí", enfatizó el guía.
San Luís de Guachalá
A 74 kilómetros de Quito está la comunidad San Luís de Guachalá.
En esa zona se construyó el Reloj Solar Quitsato, un proyecto a cargo de Cristobal Cobo, astrónomo, antropólogo y geógrafo autodidacta ecuatoriano.
Josué Coyaguillo, guía del lugar, precisa que en Guachalá se instaló la misión geodésica francesa y establecieron en ese punto el paralelo 0. Esto quedó evidenciado con una lápida de piedra que dejaron en el lugar y que hoy reposa en el Observatorio Astronómico de Quito.
Efectivamente, el reloj solar está sobre la línea ecuatorial, en la misma dirección que Catequilla. El mismo efecto del sol que se produce en el cerro ancestral, se evidencia en el moderno monumento instaurado en Guachalá.
Antes de construir el reloj solar, ya se había dispuesto la "Bola del Mundo", que es otro de los atractivos del lugar, junto a un árbol sembrado entre el hemisferio norte y sur.
Aunque la línea imaginaria ecuatorial mide poco más de 40.000 kilómetros, y atraviesa otros 12 países, hay diferentes versiones por las cuáles se escogió a Ecuador para establecer la mitad del mundo. Andrade comentó que se trata de un tema turístico; pero los documentos históricos señalan que la misión geodésica vino hasta este lugar porque las condiciones en África y Asia no eran adecuadas para su investigación.
Edgar Romero