Moscú ha tachado de "absurda" la afirmación de que las conversaciones entre el exasesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, Michael Flynn, y el exembajador ruso en EE.UU., Serguéi Kisliak, podrían haber influido en la reacción de Rusia a las sanciones estadounidenses en su contra.
Flynn no estaba en posición "de pedirle nada" a Kisliak, y menos aún de "esperar que cualquier solicitud fuera transmitida a Vladímir Putin", algo "completamente absurdo", según ha afirmado en rueda de prensa el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
"Putin toma todas las decisiones de forma independiente"
La semana pasada, el exasesor de Trump fue acusado de mentir al FBI sobre una conversación que mantuvo en diciembre de 2016 con Kisliak acerca de las sanciones que Washington había impuesto contra Rusia ese mismo día.
Los servicios de seguridad estadounidenses sostienen que Flynn mintió al asegurar que no le pidió al entonces embajador ruso que "se abstuviera de escalar la situación en respuesta a las sanciones" adoptadas por la Administración saliente de Obama.
Al final, Rusia pospuso su respuesta a las sanciones. Sin embargo, según ha subrayado este lunes Peskov, "la decisión fue tomada solo por Putin y no puede atribuirse a ninguna solicitud o recomendación".
"La información que Putin recibe de sus embajadores no concierne a nadie más", ha señalado el vocero, agregando que el presidente ruso "toma todas las decisiones de forma independiente", basándose únicamente en "los intereses nacionales de Rusia".
- Flynn se vio obligado a renunciar a su cargo a mediados de febrero —menos de un mes después de su nombramiento— y es una figura clave en la investigación federal sobre la supuesta interferencia rusa en las elecciones presidenciales que EE.UU. celebró en noviembre de 2016, dirigida por el fiscal Robert Mueller.
- Desde la celebración de las presidenciales de EE.UU. de 2016, diversas voces del Occidente han acusado a Rusia de interferir en el proceso electoral. Por su parte, Moscú ha rechazado en reiteradas ocasiones cualquier injerencia en las elecciones de EE.UU. o en cualquier otro país.