¿Quién gana y quién pierde con la liberación del precio de las gasolinas en México?
Desde el pasado 30 de noviembre, los precios de la gasolina y del diésel en México dejaron de estar determinados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) del Gobierno federal para regularse por medio de la oferta y la demanda del mercado nacional e, incluso, internacional.
De acuerdo con el profesor Maciel Rentería González, adscrito a la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta regulación "se debe a que entró en vigor la denominada liberación del precio de los combustibles en el país".
Y agregó: "Esta nueva medida económica [para los mexicanos] traerá consigo fluctuaciones en el precio debido a dos factores principales: el comportamiento de los mercados financieros entorno al costo del petróleo y, por consecuencia, el precio de la gasolina a nivel internacional".
El profesor de la Facultad de Economía de la UNAM dijo a RT que "debido al incremento en el comercio de combustibles en el mundo, se espera que México aumente la importación de gasolinas desde EE.UU. hasta en un 20 o 30% anual". Dicho aumento "no contempla la infraestructura que, en su momento, tendrá que construir el país para almacenar y transportar combustibles" desde otras naciones.
De acuerdo con Rentería González, desde el 30 de noviembre pasado y a lo largo del año que viene, "los precios de la gasolina y del diésel ya no cambiarán de un día a otro", sino que "se espera que haya una fluctuación de más de 20 veces por día en dicho costo". Esto significa que las empresas que venden combustible en el país "serán las que establezcan por hora el precio final al consumidor".
Además de ello, el académico de la UNAM aseguró a RT que, "al final del día, los únicos beneficiados de la venta de combustibles, son las grandes empresas petroleras o gasolineras, quienes podrían imponer un precio alto en una zona como la Ciudad de México, donde hay gran afluencia de vehículos; y un costo bajo, en zonas donde casi no transitan automóviles".
Rentería González planteó otro posible escenario: "Otro caso podría ser que, debido a que en una ciudad o comunidad exista una sola estación gasolinera, puede que los precios de esta sean muy altos, a diferencia de una zona industrial, donde hay mayor tránsito de vehículos pesados o compactos. Todo es cuestión de oferta y demanda", insistió.
José Luis Montenegro