Antropólogos del University College londinense revelan que las historias y mitos de los pueblos antiguos servían como medio de unir a la población, concluye un estudio publicado el 5 de diciembre en la revista Nature Communications.
Muchos antropólogos aceptan la teoría que religiones aparecieron con el objetivo de mantenimiento del orden social y el fortalecimiento de los vínculos entre miembros. Sin embargo, según avanza este estudio, los pueblos antiguos tenían otras formas de entablar relaciones, puesto que las primeras religiones aparecieron hace unos 13.000-15.000 años.
Uno de los coautores del trabajo de la universidad británica, Andrea Migliano, estudió junto a su equipo la vida de una tribu indígena de Filipinas, los agta: son cazadores y recolectores y viven ajenos a las nuevas tecnologías. Los especialistas advirtieron que los también conocidos como aeta otorgaban un respeto especial a aquellos miembros de la comunidad que contaban mejor las historias.
Los investigadores universitarios pidieron a los agta que les contaran historias y fábulas tradicionales de su tribu y vieron que la mayor parte de cuentos trataba del valor de la cooperación, la importancia de las normas sociales, la igualdad de género y la prohibición del uso de la violencia como instrumento para la solución de los conflictos.
Además, los mejores narradores de relatos, hombres y mujeres, tienen ventajas dentro de su tribu. Los otros miembros les respetan especialmente y tienen de media 0,5 hijos más que los demás.
Asimismo, los científicos estiman que la tradición de contar historias sirvió de prototipo a las religiones que aparecerían después.