El norteamericano Michael Spence, premio Nobel de Economía, advierte sobre los "serios desafíos" y las dificultades que afrontará la economía global en los próximos meses y años.
Este especialista observa que la "montaña de deuda" que existe agrega nerviosismo a los mercados e "incrementa la vulnerabilidad del sistema", a pesar de que no vislumbra una amenaza concreta.
'Divorcio' europeo
A pesar de que opina que "las economías y los mercados han logrado desentenderse del caos político", considera que hay pocas probabilidades de que "el rendimiento económico permanezca inmune a las fuerzas políticas y sociales centrífugas".
Para Spence, el "desordenado y divisorio" proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea constituye "una excepción" a la relativa estabilidad en el futuro inmediato de los mercados, mientras que las dificultades que afronta para formar gobierno la "gravemente debilitada" canciller de Alemania, Angela Merkel, "tampoco son beneficiosas" para esa región.
Oriente contra Occidente
Por contra, el fortalecimiento del líder de China, Xi Jinping, "sugiere un efectivo manejo de desequilibrios" y un mayor nivel de consumo y crecimiento basado en la innovación. De la misma manera, Michael Spence anticipa que tanto India como otras economías de Asia mantendrán su impulso.
Así, este experto pronostica que "los emprendimientos privados, gobiernos subnacionales, sindicatos e instituciones educativas y sin fines de lucro" desplazarán a los gobiernos nacionales como motores del progreso en los países desarrollados y en vías de desarrollo.
Mayor fragmentación
"Probablemente se intensificará" el proceso de fragmentación política que debilita cada vez más a los gobiernos, mientras que los mercados laborales podrían sufrir un mayor desbalanceo entre la oferta y la demanda y eso incrementaría aún más la inequidad y la polarización política y social.
Si bien el "consenso entre los países desarrollados y emergentes" en cuanto a una "economía relativamente abierta" aporta un "cauteloso optimismo", la posición de EE.UU. al respecto genera incertidumbre, debido a que no está claro si la Administración Trump ha decidido abandonar la cooperación internacional o, simplemente, pretende renegociar condiciones más ventajosas.
Desplazamiento de poder
Este especialista sí tiene claro que la economía global "no puede contar con EE.UU. como su principal patrocinador" o como "el arquitecto de la evolución de un sistema global basado en reglas" que garantize una interdependencia justa y equitativa.
De esta manera, las perspectivas a corto plazo sugieren un escenario de continuidad, mientras "el poder y la influencia económicos continuarán desplazándose desde Occidente hacia Oriente", concluye Michael Spence.