Este 11 de diciembre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se reunió con su homólogo sirio, Bashar al Assad, en la base aérea de Jmeimim (Siria), donde ordenó la salida de "una parte considerable" de las tropas rusas de ese país.
Los especialistas consultados por RT analizan qué señales envía Rusia a Estados Unidos y a otros protagonistas de Oriente Medio con su decisión y qué revela la retirada de las tropas rusas sobre el papel de Moscú en la región.
Señal para la región
El analista militar Víktor Murajovski sostiene que Rusia ha cumplido "la tarea de destruir a los terroristas" en Siria y eso le permite retirar casi todo su grupo de aviación y las unidades de sus fuerzas especiales.
Por su parte, Abd al Bari Atwan, experto en Oriente Medio, indica que la asistencia rusa "puso fin a la mayor amenaza para la región" —el Estado Islámico y otros grupos terroristas—, mientras que la reunión de Putin con Assad fue "una muestra de que Rusia domina" esa región.
Ahora, Moscú retira sus tropas "porque ya no las necesita" pero, como destacó el propio Putin, "pueden volver para afrontar cualquier amenaza nueva del EI" porque Rusia "ha enviado tanto a los sirios como a todos los Estados árabes una fuerte señal de que siempre apoya a sus aliados y nunca los falla", recuerda Atwan.
Indicación para Washington
Además, Abd al Bari Atwan subraya que las tropas de EE.UU. "ya se encontraban en Siria de manera ilegal" y, ahora, "este estatus se ha vuelto aún más enfático", debido a que los motivos que Washington empleó para entrar en Siria "simplemente, se han evaporado".
Con la decisión de retirar su contingente, Moscú "envió a EE.UU." un mensaje de que deberían seguir su ejemplo: no solo en Siria, sino también en Irak", concluye este experto.
Washington no capta el mensaje
No obstante, el portavoz del Pentágono, Eric Pahon, ha adelantado que la retirada de las tropas rusas no "afecta a las prioridades de EE.UU. en Siria", y que la coalición que lidera "continuará operando" en terreno sirio para "completar la derrota militar" del Estado Islámico y "estabilizar el territorio liberado".
En la misma línea, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha asegurado que, "mientras haya algún miembro" del Estado Islámico, "queremos seguir adelante y asegurarnos no solo de que sean erradicados, sino de que no regresen con rapidez", con lo cual EE.UU. seguirá avanzando "para vencer a EI en todos los frentes".