El pasado 7 de diciembre, un fotógrafo del grupo de conservación Sea Legacy publicó un video en el que un oso polar extremadamente demacrado buscaba comida en bidones de basura abandonados en la desértica e inhóspita isla de Baffin (Canadá).
Aunque ese colectivo presentó el documento gráfico como prueba de los efectos negativos del calentamiento global, han aparecido otras interpretaciones de ese presunto video "desgarrador".
Leo Ikakhik, que vigila la actividad de los osos polares en la zona de Arviat desde 2010, explica que los hechos no son necesariamente una consecuencia del cambio climático: "Estas cosas suceden" y "la madre naturaleza hará parte de ese proceso", destacó en una entrevista para CBC Radio.
Respecto al oso del video, este especialista explica que no es la primera vez que ve a un plantígrado tan flaco y supone que estaría enfermo o recuperándose de alguna herida que le habría impedido cazar.
Ikakhik recalca que siempre ha visto osos polares sanos y bien alimentados en el Ártico y que algunos, simplemente, no tienen suerte. "Como soy del norte, no me habría dejado engañar por el video" ni habría "culpado al cambio climático" de algo que es "parte de la vida animal", recalcó Ikakhik.
Varias personas también expresaron en la Red sus dudas sobre la publicación de Sea Legacy. Un usuario de Twitter opinó que el animal podría haber tenido una lesión, una enfermedad, un accidente o una intoxicación alimentaria.
Sin embargo, algunos estudios sí revelan que el cambio climático ha causado un efecto negativo en la población de osos polares, que se podría reducir un 30 % para la mitad de este siglo.