Tras la muerte en octubre de cuatro militares de EE.UU. en una emboscada cerca de la localidad nigeriana de Tongo Tongo, el Pentágono tuvo que reconocer que casi 1.000 soldados estadounidenses se encuentran desplegados en Níger, algo de lo que hasta entonces ni siquiera el Congreso tenía constancia.
Además, el número de fuerzas de tierra estadounidenses desplegadas en Siria y Afganistán resultó ser mucho mayor al anunciado oficialmente. EE.UU. mantiene sus tropas en todo el mundo y participa en secreto en muchos conflictos armados, según confirmaron a RIA Novosti exmilitares del Ejército estadounidense.
"Una guerra interminable y sin límites"
Después de lo sucedido en Níger, varios senadores estadounidenses admitieron no saber que su país tuviera tropas allí. "No sabía que había 1.000 soldados en Níger", afirmó el senador republicano Lindsey Graham a NBC. "Esta es una guerra interminable sin límites y sin limitaciones de tiempo y geografía", señaló el político, agregando que "tienen que decirnos más".
Después salieron a la luz otras cifras impactantes y así se supo que en Afganistán no había 8.900 militares estadounidenses, sino 14.000, y que en Siria, donde en la época de Obama el Ministerio de Defensa daba la cifra de 503 soldados de las Fuerzas Terrestres, en realidad había 2.000.
"Como si fueran los dueños"
Según Zajar Artémiev, exsoldado del Ejército de EE.UU., la tragedia de Tongo Tongo recuerda a la ocurrida en 1993 en Mogadiscio (Somalia), cuando 18 soldados estadounidenses murieron y 73 resultaron heridos. Al igual que ahora, hasta entonces no se sabía nada sobre la presencia de militares estadounidenses en Somalia.
Artémiev confiesa haber escuchado muchas historias parecidas que "ocurrieron en varias partes del mundo" y muchas de las cuales "permanecieron desconocidas". "En Europa, especialmente en Alemania, el Ejército estadounidense se siente completamente libre", recuerda Artémiev, que entre otros lugares sirvió en una base estadounidense en este país europeo.
"De hecho, intentan comportarse así en casi cualquier lugar, y hoy unidades de tropas estadounidenses se encuentran en diversos países del mundo", añade.
Los militares de EE.UU. "se comportan siempre como si fueran los dueños", relata, a su vez, Nikolái Felshtinski, que emigró a EE.UU. de Bielorrusia y sirvió en el Ejército norteamericano. Felshtinski recuerda un caso en Colombia: "nuestros oficiales directamente daban órdenes a la Policía". Según recuerda, aunque los agentes no tenían que obedecer a los soldados de EE.UU., siempre lo hacían.
Por todo el mundo
Según datos oficiales del Departamento de Defensa, las Fuerzas Armadas de EE.UU. se componen de 1,3 millones de personas, incluidas 450.000 —una tercera parte— que sirven en el extranjero. El exjefe de personal del Ejército de EE.UU., Raymond Odierno, reconoció en su día que los militares estadounidenses estaban estacionados en 150 paísesde todo el mundo.
Según la Constitución, cualquier uso de las Fuerzas Armadas en el exterior solo puede efectuarse con aprobación del Senado. Sin embargo, el 14 de septiembre de 2001 el Congreso adoptó la 'Autorización del uso de la fuerza militar contra terroristas' (Authorization for Use of Military Force Against Terrorists, AUMF) que autorizaba al presidente a enviar tropas a aquellos países donde operaban las fuerzas responsables del ataque a EE.UU.
Artémiev opina que son este tipo de documentos los que "liberan al dueño de la Casa Blanca de la necesidad de pedir autorización a los senadores y le permiten enviar soldados estadounidenses a diferentes partes del mundo".
En la misma línea, Felshtinski explica que "con el pretexto de luchar contra el terrorismo", EE.UU. puede luchar "contra un régimen que no le gusta a Trump, Obama o Bush". "Basta con escribir en los papeles que hay una sospecha de actividad terrorista en alguna región de Siria, por ejemplo, y enviar aviones para bombardear las posiciones de las fuerzas de Al Assad", concluye.