El Consejo de Seguridad de la ONU no ha adoptado la resolución para confirmar el estatus internacional de Jerusalén y dejar sin efecto legal la reciente decisión estadounidense de reconocer a esa ciudad como capital de Israel. El proyecto contó con 14 votos a favor excepto el de EE.UU., que finalmente aplicó su derecho al veto.
La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, afirma que el bloqueo de su país a esta resolución obedece a la protección de su propia soberanía. La diplomática ha añadido que Washington tomó la decisión sin pena ante el "insulto" que representa para ellos este proyecto de resolución.
"Ningún país instruirá a EE.UU. sobre dónde colocar su Embajada", aseveró Haley respecto al anunciado traslado de la misión diplomática de Tel Aviv a la Ciudad Santa. Respecto al conflicto palestino-israelí, Haley acotó que "un proceso de paz que niega a Jerusalén como capital de Israel no es un proceso de paz".
Haley había expresado antes de la sesión que Washington "continúa su compromiso para ayudar a lograr negociaciones que conduzcan a una paz duradera" entre ambas partes del conflicto, a pesar del contundente rechazo a su postura por parte de los demás miembros del máximo órgano de la ONU.
Mediador honesto
Por su parte, Moscú ha reiterado su posición en torno a la búsqueda de una solución al conflicto. Vladímir Safronkov, representante adjunto de la nación en la ONU, ha afirmado que su país está dispuesto a fungir como un "mediador honesto" entre Israel y Palestina, recordando la propuesta de Rusia de acoger una cumbre entre ambas partes.
"Apoyamos las relaciones basadas en la confianza entre todas las personas de Oriente Medio, sin excepción [...] Rusia nunca hará uso de métodos del colonialismo o de la intervención en los asuntos internos de los países: esto ha sido la causa de la lamentable situación que tenemos hoy en la región", afirmó el representante.
Un profundo pesar
El documento, redactado por Egipto, no mencionaba específicamente al presidente de EE.UU., Donald Trump, o la decisión que tomó a inicios de mes —que involucra el futuro traslado de la Embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén—, pero sí expresó un "profundo pesar por las decisiones recientes sobre el estatus de Jerusalén" e implica un llamado a Washington a que revierta su posición.
"Cualquier decisión o acción que pretenda haber alterado el carácter, el estatus o la composición demográfica de la Ciudad Santa de Jerusalén no tiene efecto legal, es nula e inválida y debe rescindirse en cumplimiento de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad", se señala en el documento, que también insta a todos los países a abstenerse de establecer misiones diplomáticas en Jerusalén.