Tokio ha aprobado formalmente la compra y el despliegue de los sistemas de antimisiles balísticos Aegis Ashore para "mejorar de manera fundamental" las capacidades antimisiles de Japón frente a posibles "ataques sorpresa", informa la agencia Kyodo.
El Gobierno japonés planea comprar dos sistemas de defensa antimisiles de la empresa Lockheed Martin a un costo de al menos 100.000 millones de yenes (888 millones de dólares) por unidad, han afirmado los funcionarios del Ministerio de Defensa. Estos han expresado su esperanza de que Aegis Ashore entre en funcionamiento para 2023.
El sistema, dotado de potentes radares, completará los medios defensivos antibalísticos de Japón, que ya cuentan con misiles interceptores SM-3 bloque 2A, lanzados desde navíos, y proyectiles tierra-aire Patriot PAC-3, también de tecnología estadounidense.
Los sistemas de defensa antimisiles serán equipados con misiles guiados interceptores SM-3 y administrados por la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón. Sin embargo, según fuentes de Reuters, la infraestructura y los lanzadores solos, sin los misiles, le pueden costar a Tokio al menos 2.000 millones de dólares.
"Necesitamos mejorar fundamentalmente nuestras capacidades de defensa contra misiles balísticos para proteger a nuestro país en todo momento y de manera sostenible", reza un comunicado del Gabinete nipón de este martes. Asimismo, los funcionarios han expresado que Corea del Norte presenta un "nuevo nivel de amenaza" a Japón.
El Ministerio de Defensa de Japón contará con un presupuesto récord de 5,26 billones de yenes (48.000 millones de dólares) para el año fiscal que comienza el próximo mes de abril para adquirir interceptores de misiles junto con otros equipos militares. Inicialmente, el Gobierno estaba considerando la compra del sistema estadounidense THAAD, aunque posteriormente optó por Aegis Ashore.
Al respecto, un funcionario del Ministerio informó a Kyodo de que Aegis Ashore aumentará "significativamente" las capacidades de Japón para responder a "ataques sorpresa y ataques de saturación".
El despliegue de capacidades adicionales de defensa antimisiles probablemente no sea bienvenido por los grandes actores regionales, China y Rusia. El mes pasado, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, expresó su preocupación de que los sistemas de defensa antimisiles de EE.UU. rodeen a Rusia y destacó que Moscú no puede aceptar "la práctica de llenar hasta los topes la región con armamento y tecnología militar" bajo el pretexto de contrarrestar la amenaza de Corea del Norte.
Actualmente, Japón dispone de un sistema de dos niveles para proteger su espacio aéreo de proyectiles hostiles. El sistema se basa en los interceptores Aegis SM-3 instalados en buques para derribar misiles en el espacio y los Patriot PAC-3, un derivado de misiles balísticos de corto alcance del misil Patriot original, que sirven para interceptar los misiles que vuelan más cerca del suelo.