El Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico (GCHQ, por sus siglas en inglés), una de las tres agencias de inteligencia del Reino Unido, comunicó que ha logrado "un amplio espectro de éxitos" en el desarrollo de armas cibernéticas con fines ofensivos.
Desde el 2014, Londres ha incrementado significativamente sus esfuerzos en el desarrollo de armas cibernéticas, lo que en la actualidad ya está dando frutos, destaca el informe anual del Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento británico.
El plan para mejorar las capacidades cibernéticas del GCHQ se divide en tres etapas, y este año se ha completado la primera fase. Sin embargo, "hemos logrado demasiado y entregado casi el doble de los instrumentos que estábamos buscando".
Según esa agencia, su nuevo arsenal "es el extremo superior de las capacidades cibernéticas ofensivas de contrataque". En el informe, el GCHQ justifica la necesidad de desarrollar esas armas debido a que "todos los sectores de la sociedad" británica corren el riesgo de sufrir ciberataques. Asimismo sostiene que las principales amenazas provienen del crimen organizado, de grupos terroristas y de países como Rusia, China, Corea del Norte e Irán.
El anuncio ha permitido recordar que pocos años atrás, en 2013, medios británicos destaparon un escándalo de espionaje en el que estuvo involucrada precisamente esa agencia de inteligencia. El diario The Guardian denunció que el GCHQ pinchaba la red de cables de fibra óptica que une los cinco continentes, y extraía de ella todo tipo de comunicaciones.