A medida de que se acercan las festividades navideñas, el tema de la auténtica naturaleza de la Estrella de Belén empieza a ocupar las mentes inquietas de historiadores, teólogos y astrónomos.
Así, el director del Observatorio Universitario de la Universidad de St. Andrews (Escocia), Aleks Scholz, ha aventurado en un artículo que la Estrella de Belén pudo haber sido una conjunción planetaria.
Habitualmente, en las imágenes navideñas la Estrella de Belén se presenta como un cometa con una cola larga y luminosa. Sin embargo, el astrónomo escocés opina que la Estrella -que, según la Biblia, avisó a los Reyes Magos sobre el nacimiento del niño Jesús y los guió hasta él- no era un cometa.
Uno de los candidatos a ser la Estrella de Belén es el cometa Halley. Pero se le vio en el cielo el año 12 a.C., es decir, antes de la fecha convencional de nacimiento de Jesucristo, subraya Scholz.
Por otra parte, en aquella época los cometas se percibían como heraldos de la perdición, algo contrario al nacimiento del niño Jesús. Además, "los cometas no se ven como estrellas, y aquellas personas no eran estúpidas" y habrían sabido distinguirlos, argumenta el científico al referirse a los Reyes Magos.
Tampoco era una supernova
El astrónomo tampoco ve plausible otra teoría, que supone que la Estrella de Belén era una nova o una supernova.
Scholz no descarta la posibilidad de que en aquel entonces sucediera ese evento celestial, pero opina que "las personas no habrían sabido cómo interpretarlo".
Una excepcional cadena de conjunciones
Frente a esas hipótesis, el escocés postula como más verosímil la teoría de que la luz de la Estrella de Belén fue formada por varios planetas que se encontraron cerca: una conjunción planetaria.
El científico indica que con la fecha del nacimiento de Jesús coinciden varios encuentros raros de planetas prominentes. Todo empezó en el año 7 a.C., con el encuentro de Júpiter y Saturno. Marte se les unió un año más tarde.
Después, entre los años 3 y 2 a.C., se registró una excepcional cadena de conjunciones: "Saturno con Mercurio, Saturno con Venus, Venus con Júpiter y Venus con Mercurio. Luego, de nuevo Júpiter con Venus, y esta vez se acercaron tanto que parecían uno solo para el ojo humano", asegura el científico.
"Por la misma época, Júpiter, el planeta de los reyes, bailaba alrededor de la estrella brillante Regular, la estrella de los reyes. Entonces Júpiter se detuvo en la constelación de Virgo, visto desde Jerusalén, directamente sobre Belén", indica Scholz.
Se trata de "un espectáculo de planetas con una gran importancia astrológica, que ocurre en el momento adecuado", concluye el astrónomo, al indicar que la fecha exacta del nacimiento del niño Jesús "aún se debate".
No hay una respuesta definitiva
"Puede que deberíamos quitar las estrellas en forma de cometa de los árboles de Navidad y reemplazarlas por planetas triples", propone Scholz. A esto añade que no hay, y posiblemente no habrá, una respuesta definitiva con respecto a la naturaleza de la Estrella de Belén.
"Quizás esta sea una de las preguntas que se supone que no deben ser respondidas", finaliza.