El anuncio de Venezuela sobre la creación de una moneda digital colocó al país en la vanguardia de la tecnología y las finanzas globales. El Petro despertó fuerte entusiasmo en la comunidad de inversores de las criptomonedas y generó enormes expectativas acerca de cómo evolucionará el sistema financiero internacional. Desde el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) dialogamos con David Jaramillo, ingeniero en ciencias de la computación y emprendedor 'blockchain', para entender elementos claves de la nueva criptomoneda.
El experto aseguró que Venezuela fue inteligente y comprendió una de las principales necesidades en el mundo de los activos digitales: ofrecer una garantía en recursos naturales. Esto implica que el precio del Petro no estará vinculado a los caprichos y la especulación del mercado, sino que se asociará al valor de los activos reales como el oro, el gas, el diamante y el petróleo. Mencionó que se abren importantes perspectivas para conseguir fuentes de financiamiento no convencionales, evitar los bloqueos y las sanciones de países como EE.UU. y poder contrarrestar las tensiones de la inflación y el desabastecimiento empresarial.
¿Qué ventajas tiene el Petro respecto de otras criptomonedas (activos digitales)?
D.J.: Las criptomonedas aprovechan lo mejor de Internet y de las matemáticas para permitir transacciones de dinero entre los países y personas sin que nadie pueda intervenirlas o manipularlas. El Petro conserva este elemento clave de las monedas digitales, pero agrega otras características que lo potencian. Su valor no estará definido por la especulación del mercado, lo que muchas veces provoca grandes fluctuaciones tanto al alza como a la baja. El precio del Petro estará relacionado con el precio internacional del oro, gas, petróleo y diamantes. Es lo que hace mucho tiempo se viene pidiendo en la comunidad de inversores de monedas digitales.
Existe un antecedente de una empresa que emitió una moneda digital respaldada en oro. Es el caso de Digix. Pero el Petro es un proyecto de proporciones mucho mayores. Se trata de la primera vez que un país decide emitir un activo digital respaldado con recursos del mundo real. La expectativa es muy alta porque al tener un Estado detrás, habrá grandes cantidades de materias primas garantizando la emisión de la moneda, lo cual implica que la escala y el volumen de las transacciones que puede tomar el mercado es ilimitado.
Si el Petro tendrá el valor de las materias primas, ¿por qué no comprarlas directamente?
D.J.: El inversor que quiere tener parte de su capital atado al precio del petróleo, oro, diamantes y gas, podría comprar directamente esos recursos y almacenarlos. Pero el traslado físico desde Venezuela hasta cualquier parte del mundo de barriles de petróleo o lingotes de diamante es costoso. El inversor tiene la opción de comprar algún derivado en las bolsas internacionales que represente el valor de la materia prima que quiere adquirir. Pero en ese caso hay costos de intermediación elevados.
Lo maravilloso del mundo de la criptomoneda es que el costo de transferencia y comisión tiende a ser cero. Es una forma de democratizar los movimientos financieros, sin importar los países ni los estratos sociales del inversor. Esto es posible por la tecnología 'blockchain' que utilizan los activos digitales, en el que la descentralización de la información permite un mercado sin intermediación ni manipulación de terceros actores.
¿Venezuela va a conseguir más financiamiento del mundo?
D.J.: El Petro tiene todas las oportunidades para poner al mercado de monedas digitales a sus pies. Las reglas con las que se programe el activo digital venezolano deberán respetar los mejores estándares de la comunidad de criptomonedas para generar confianzas y seguridad. Un desarrollo eficiente y con pericia asegura un flujo enorme de inversiones para el país, desde muchas partes del mundo. Los inversores del universo de las criptomonedas hace tiempo vienen pidiendo tener la posibilidad de comprar con una parte de sus activos algo atado al mundo real, es decir al precio de las materias primas, y poder diversificar parte de su riesgo.
El Petro responde a la perfección a esa consigna porque, le permite a esta comunidad –cada vez más grande– de las criptomonedas, adquirir materias primas (activos reales) sin salirse del mundo digital. Especialistas de todas partes ven con fuerte entusiasmo la propuesta. Uno de los primeros en dejarlo claro fue Max Keiser, experto en finanzas y tecnología de RT. El mismo día del anuncio aseguró que Venezuela dio un paso enorme para tener un mecanismo revolucionario de financiamiento, en el que ningún Estado podrá impedir ni poner sanciones para boicotear la llegada de capitales.
¿El Petro ayuda a saltar el bloqueo y las sanciones de EE.UU.?
D.J.: El Petro, al igual que el resto de los activos digitales, funcionará en base a la tecnología 'blockchain'. Se trata de una innovación que usa funciones matemáticas como la 'hash', la capacidad para hacer cuentas de las computadoras y la conexión global a Internet para automatizar las transacciones de dinero sin necesidad de un intermediario que certifique si se hizo o no el movimiento. La mejor forma para pensarlo es que la 'blockchain' permite tener un dinero inteligente, que no necesita humanos que se aseguren que el movimiento de una cuenta a la otra se realizó correctamente. En el mundo de las criptomonedas no es necesario un procesador de transacciones como el 'Swift' ni existen posibilidades para los países poderosos de cambiar las reglas de juego, manipular los movimientos financieros o imponer algún tipo de sanción a otros países o personas. La tecnología 'blockchain' se encarga de dejar las reglas claras para todos y el que quiere participar se tiene que adaptar a esta idea de descentralización, en la que nadie tiene la posibilidad de poner el tablero a su favor o generar perjuicios a otros.
El Petro, por tanto, va a permitirle a los venezolanos realizar operaciones financieras con otros países e incluso entre los propios habitantes, sin tener los controles ni apercibimientos de EE.UU., que no puede imponer sus reglas. Para dar de baja la 'blockchain' EE.UU. debería desconectar Internet en el mundo, un imposible. En la medida que esta tecnología se masifique en Venezuela se abrirá además un abanico de posibilidades. Desde la emisión de contratos de deuda en Petro hasta el uso de la 'blockchain' y los activos digitales para enfrentar la inflación y las maniobras de desabastecimiento. Se podrá tener, por caso, una criptomoneda que solo sirva para la compra de alimentos. El futuro llegó y Venezuela tiene todas las condiciones de aprovechar la tecnología para enfrentar las tensiones económicas.
Federico Kucher, investigador del CELAJ
@CELAGeopolitica