La OTAN estima que sus habilidades de combate naval se han debilitado

El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, continúa con la retórica antirrusa al afirmar que Rusia puede cortar la ruta marítima entre Europa y América.

La actividad de los submarinos rusos ha alcanzado "el nivel más alto desde la Guerra Fría", mientras que la OTAN ha reducido sus capacidades navales, ha afirmado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, durante una entevista que ha concedido al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.

"Rusia ha invertido mucho en su Armada, especialmente en sumergibles", sus submarinos "operan en todo el Atlántico" y navegan cada vez "más cerca" de las costas de los países que forman parte de la OTAN, ha estimado el máximo responsable de esa organización.

En cambio, "nuestras capacidades navales se han debilitado, especialmente en la lucha contra submarinos", así que "hemos tenido menos practica y hemos perdido habilidades" de combate marítimo, ha valorado Stoltenberg.

Una nueva 'amenaza rusa'

Este alto cargo ha confesado que está preocupado porque considera que existe 'peligro' de que Moscú corte la ruta marítima que conecta Europa con Norteamérica, ya que los miembros de la OTAN "debemos ser capaces de transportar tropas y equipo militar a través del [océano] Atlántico" y, para eso, "necesitamos rutas marítimas seguras y abiertas".

En ese contexto, Jens Stoltenberg ha destacado la necesidad de que la Alianza Atlántica establezca dos nuevos mandos para fortalecer sus 'puntos débiles', uno de soporte logístico y otro de defensa, que se encargarían de la seguridad y el traslado rápido de tropas y equipo militar por los océanos Atlántico y Ártico.

"Una campaña de desinformación"

Recientemente, el comandante de las fuerzas submarinas de la OTAN, Andrew Lennon, también declaró estar preocupado por la supuesta amenaza que los sumergibles rusos representan para la red de cables interoceánicos de telecomunicaciones.

Sin embargo, el diario británico Financial Times advirtió que la retórica sobre la supuesta amenaza rusa forma parte de "una campaña de desinformación" con el fin de obtener apoyo popular para aumentar el gasto militar.