"Me llamo Danger": Los nombres más raros en toda América Latina

Apelativos de origen extranjero como Danger, Usnavy o Usarmy cada vez son más frecuentes en la región latinoamericana.

América Latina es mezcla cultural. Es mestizaje. Desde tiempos coloniales, el encuentro de varios mundos en un mismo territorio dejó resultados únicos. A pesar de las masacres y saqueos por parte de colonizadores españoles, británicos, franceses o portugueses, el legado cultural que vertieron en la región no paró de crecer y enriquecerse, y ha dejado huellas que hasta hoy perduran.

De la metrópolis española, América Latina heredó catedrales, plazas, fortificaciones y, por supuesto, el idioma que hablamos y los nombres con que nos bautizaron. Si repasamos en el tiempo, encontramos grandes figuras nombradas con apelativos típicos del santoral católico: José Martí, Simón Bolívar, Benito Juárez… incluso el gran Túpac Amaru fue bautizado al nacer como José Gabriel.

Nuevas tendencias 

Si damos un salto en la historia, en nuestros días los gustos en la región latinoamericana parecen variar un tanto. Apelativos como Danger ('peligro', traducido de inglés), Usnavy ('Armada de EE.UU.') o Usarmy ('Ejército de EE.UU.') cada vez son más frecuentes. Quizás nos cautive su pronunciación en inglés pero, ¿conocemos su origen o al menos su significado?

¿Cómo podría vivir un niño sabiendo que su nombre se traduce como 'peligro'? ¿Cuál sería su relación con maestros y amigos? Sin duda, como todo en la vida, esto también tiene una explicación, y vuelve a caer sobre las influencias externas. En más de un país latinoamericano se pueden leer avisos y carteles de este tipo. Sobre todo en zonas rurales con presencia militar de Estados Unidos. En la región, las intervenciones de Washington han causado hasta este tipo de efectos. Quizás nadie se hubiera atrevido a pronosticarlos. 

Legado soviético 

¿Y qué hay de la influencia de la antigua Unión Soviética? En países como Cuba, la herencia de la desaparecida nación comunista va más allá de los famosos modelos de Moskvich, Volgas y Ladas que transitan sus calles. De nombres como Yuri o Yulia, los cubanos crearon variantes como Yuliesky, Yumilka o Yuleydi y una larga lista de apelativos cuya originalidad es indudable, pero hacen sudar en frío a todo el que intente leerlos en voz alta.

Muchos dirán que cada cual es libre de elegir el nombre de su hijo o hija. No obstante, quizás se deba tener en cuenta el futuro de estos pequeños, intentar que no se avergüencen al presentarse y que, de esta forma, la elección de sus padres sea un regalo que los acompañe por el resto de sus días.