Rusia ha hecho el aporte "más importante y decisivo" al derrotar a los criminales que "desafiaron a toda la civilización" y al aniquilar "un ejército terrorista, una dictadura bárbara que sembraba muerte y destrucción, borraba de la faz de la tierra hospitales, escuelas, mezquitas, iglesias y monumentos históricos y culturales", ha declarado este jueves Vladímir Putin en Moscú.
Durante la ceremonia de entrega de condecoraciones a militares por la operación en Siria, el mandatario ruso ha señalado que los terroristas buscaban convertir al país árabe en un "campo de operaciones para una agresión global", cuyo objetivo era Rusia.
"Al ganar en Siria y engrosar sus filas con nuevos reclutas, obtener acceso al dinero, recursos petrolíferos y armamento moderno, los terroristas, sin duda, habrían continuado su ofensiva global con nuevas e incrementadas fuerzas", ha alertado Putin desde el Kremlin.
A lo largo de poco más de dos años en el operativo ruso en Siria participaron más de 48.000 militares.
Para defender los intereses nacionales y garantizar la seguridad de Rusia, en territorio sirio quedarán dos bases rusas, la naval de Tartus y la aérea de Jmeimim.
A la ceremonia de entrega de condecoraciones, celebrada este jueves en el Gran Palacio del Kremlin de la capital rusa, han sido invitados más de 600 soldados y oficiales de todos los ejércitos de las Fuerzas Armadas de Rusia.