Uno de los destinos turísticos más famosos del mundo está en peligro de extinción. Se trata de las playas de la isla de Bali, en Indonesia, lugar que cada año atrae a millones de turistas. Sus costas están desapareciendo bajo una montaña de basura y se calcula que cada día se eliminan hasta 100 toneladas de residuos.
El principal problema son los residuos en forma de plástico, especialmente envases de alimentos. Mientras que las costas están llenas de despojos, el agua acumula grandes cantidades de residuos que llegan arrastradas hasta la orilla desde diferentes ríos.
Indonesia es el segundo país que más deshechos marítimos genera, solo por detrás de China. Se estima que la nación insular genera la desorbitada cifra de 1.300.000 toneladas de residuos anualmente.
"La basura molesta estéticamente a los turistas, pero lo de los residuos de plástico es una cuestión mucho más seria [porque] los microplásticos pueden contaminar a los peces que, si [luego] son comidos por humanos, pueden ocasionar problemas de salud, incluyendo el cáncer", asegura Gede Hendrawan, oceanógrafo medioambiental e investigador en la Universidad Udayana de Bali.
La paradisíacas playas se han convertido en un paraje de contaminación donde apenas quedan huellas de lo que un día fue uno de los mayores destinos turísticos del mundo. La situación es tal, que el Gobierno indonesio anunció, el pasado 23 de febrero, la situación de 'emergencia de basura'.
Indonesia se ha comprometido a reducir un 70 % los residuos de plástico para el 2025.