El problema que podría crear para el Gobierno británico la boda del príncipe Enrique
El Gobierno de la primera ministra británica, Theresa May, solicitó al príncipe Enrique de Gales que no invite a su boda con la actriz estadounidense Meghan Markle, el próximo 19 de mayo, al expresidente Barack Obama para no enfurecer a Donald Trump.
Enrique y Markle comentaron a su círculo más cercano que quieren que Obama y su esposa Michelle estén presentes en su unión. Esto ha generado profundos temores entre los altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Número 10 de Downing Street, que creen que un desaire nacional de tal calibre podría enturbiar la relación entre May y Trump, informó el diario The Sun.
El magnate neoyorquino no oculta su desagrado por Obama y se espera que se enfurezca si su predecesor recibe la codiciada llamada y él es ignorado.
Asimismo, es bien sabido que la joven pareja no siente ningún agrado por el actual inquilino de la Casa Blanca.
De acuerdo con una fuente del Gobierno británico "Enrique dejó en claro que quiere a los Obama en la boda, así que está causando mucho nerviosismo".
Trump podría reaccionar muy mal si los Obama llegan a una boda real antes de que él haya tenido la oportunidad de conocer a la reina Isabel II, según algunos analistas.
El príncipe, de 33 años, entabló una buena amistad con los Obama. Por su parte, Meghan hizo comentarios despectivos sobre Trump durante su campaña electoral en 2016.
Como la boda no es un acto de Estado, el Gobierno solo tiene un papel consultivo en su organización.
En este sentido, el príncipe Enrique al ser cuestionado sobre el asunto declaró: "No lo sé, ni siquiera hemos hecho las invitaciones o la lista de invitados".
La lista es elaborada en su totalidad por el Palacio de Buckingham en lugar del Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, que preside los eventos nacionales como los funerales estatales.