Cualquier organismo en crecimiento es más sensible a todo tipo de factores externos, no solamente a la radiación (no ionizante) de los campos electromagnéticos. Además, de un mismo dispositivo electrónico, un niño recibe una dosis mayor de radiación que un adulto, ha declarado Oleg Grigóriev, presidente del Comité Nacional Ruso para la Protección contra la Radiación No Ionizante, en una entrevista al diario ruso KP.
La situación se agrava por el hecho de que los niños actuales comienzan a ser irradiados a una edad muy temprana, advierte el científico.
Impacto sobre el sistema nervioso
Ya en 1895, el profesor ruso Nikolái Danilevski demostró experimentalmente que el objetivo principal del campo electromagnético era el sistema nervioso, recordó Grigóriev.
Por ello, el sistema nervioso es muy sensible a la influencia del campo electromagnético externo en su etapa de desarrollo y formación, que dura desde el útero materno hasta prácticamente los 17 años.
El campo electromagnético influye negativamente sobre el sistema nervioso, "lo que provoca la depresión de las funciones cognitivas. Esto significa que el niño tiene más dificultades a la hora de resolver problemas, redactar y memorizar textos", detalla Grigóriev.
Impacto sobre la vista
Hoy en día, el organismo infantil se ve sometido a una carga muy pesada por el uso de dispositivos electrónicos. "El niño se ve simultáneamente afectado por varios factores: la radiación electromagnética, el funcionamiento intensivo del analizador visual, así como por la luz de la pantalla, incluido el espectro ultravioleta", subraya el científico.
Las estadísticas de calidad de vista en los niños que terminan la escuela muestra que actualmente el número de escolares con visión normal está bajando en picado, añade Grigóriev.
Beneficios de un uso controlado
A pesar de todo, el niño puede obtener beneficios de los dispositivos modernos (utilizando aplicaciones y otras herramientas educativas) si se utilizan de una manera controlada, admite el científico.
Aún así, advierte de que el tiempo de uso de una computadora portátil o una tableta no debe superar una hora diaria si se trata de un niño menor de 10 años. Mientras, un adolescente puede disfrutar de estos dispositivos durante más tiempo, pero no más de 2,5 horas al día.
En cuanto a los teléfonos inteligentes, los niños no deberían usarlos más de 15 minutos al día en modo de conversación, el momento en el que la radiación es máxima. Para las personas adultas, este índice asciende a las dos horas diarias.
"En general, no se recomienda el uso de teléfonos celulares por mujeres embarazadas ni por menores de 18 años. Esto se explica en las normas sanitarias de la Federación de Rusia", precisó el científico.
Asimismo, Grigóriev aconsejó utilizar los 'smartphones' (cuando no hay una necesidad de estar en línea) en 'modo avión', ya que de esa manera no hay conexión con la estación base y la radiación es significativamente más baja.
Campaña informativa sobre los peligros de los 'gadgets'
"Los científicos y el Estado deberían informar a todo el mundo sobre los peligros de los dispositivos electrónicos. Habría que iniciar en el marco del programa escolar campañas de información en los colegios para enseñar a los niños cómo usar los dispositivos electrónicos de manera razonable", propone el científico.
Estas campañas deberían llevarse a cabo del mismo modo que se difunde actualmente información sobre los peligros del tabaco y el alcohol, y tal y como se hace promoción de un estilo de vida activo y saludable, concluye Grigóriev.