Esta semana, las calles de varias ciudades del estado de Massachusetts (EE.UU.) se han convertido en pistas de hielo en las que numerosos coches, animales y partes inferiores de edificios quedaron sumergidos bajo el agua congelada del Atlántico.
Este efecto se debió a que las aguas del mar entraron tierra adentro en diversas poblaciones empujadas por el "ciclón bomba" ocurrido esta semana. Ya que esta inusual marea fue acompañada por gélidas temperaturas, el agua se congeló durantes unas tres horas.
El peculiar fenómeno ha sido reportado en las redes con imágenes captadas tanto en la capital estatal, Boston, como en otras ciudades de menor tamaño situadas en la costa este de EE.UU.
La región experimentó estos días temperaturas que alcanzaron mínimos de hasta 30º C bajo cero. Esta inclemencia climatológica fue acompañada de fuertes ráfagas de viento y marejadas.
Massachusetts fue uno de los estados más castigados por esta tormenta, considerada como una de las más violentas de los últimos cuarenta años. Las olas que azotaron las costas de Massachusetts podrían ser las más altas desde que se tienen registros.
La marea registró sus niveles más altos en la tarde de este martes. El periódico Boston Globe especuló que "puede que las olas en la bahía de Boston hayan alcanzado un punto más alto que durante la tormenta de 1978 e incluso durante la de 1921".