Las tensiones en curso en la región del mar Rojo pasaron a primer plano a finales de diciembre, cuando el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, visitó Sudán como parte de su gira por África. Durante la visita, Erdogan y su homólogo sudanés, Omar al Bashir, firmaron un acuerdo para entregar temporalmente a Turquía la isla de Suakin, en el mar Rojo, informa Al Jazeera.
Según Ankara y Jartum, los inversores turcos reconstruirían la isla en ruinas y escasamente poblada para aumentar el turismo y crear un punto de tránsito para los peregrinos musulmanes que cruzan el mar Rojo al dirigirse a la ciudad sagrada de La Meca, en Arabia Saudita.
El convenio sobre Suakin ha desencadenado un acalorado debate en la región, ya que muchos vieron la jugada de Erdogan como un plan para establecer una base fuera de las fronteras de Turquía. Medios egipcios y saudíes criticaron duramente el acuerdo, al que calificaron como otro intento del llamado "eje Turquía-Irán-Qatar" para socavar la estabilidad y la seguridad de la llamada "alianza moderada sunita", que incluye a Arabia Saudita, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Pero la visita de Erdogan a Sudán no fue de ninguna manera, según Al Jazeera, el comienzo de la disputa entre Sudán y Egipto. Las relaciones entre El Cairo y Jartum han sido tensas durante mucho tiempo, con desacuerdos en curso sobre cuestiones como la disputa fronteriza del Triángulo de Hala'ib y el proyecto de la Presa del Renacimiento en Etiopía.
El Triángulo de Hala'ib
El Triángulo de Hala'ib, en la frontera entre Egipto y Sudán, que bordea el mar Rojo, ha sido un punto de disputa entre ambos Estados desde la demarcación de fronteras llevada a cabo durante la ocupación británica de Egipto, en 1899.
Recientemente, Jartum renovó una queja ante el Consejo de Seguridad de la ONU, exigiendo a El Cairo que le ceda el control de la región, según un comunicado emitido el lunes por el Ministerio de Relaciones Exteriores sudanés. Las autoridades de Egipto condenaron la iniciativa y reiteraron que el triángulo es "territorio egipcio". En respuesta, Sudán retiró a su embajador de El Cairo para consultas el 4 de enero.
Posteriormente surgieron informes de que Egipto, supuestamente, desplegó sus tropas en una base de los EAU en Eritrea, en la frontera con Sudán. Aunque El Cairo negó cualquier presencia militar en el lugar, el daño ya estaba hecho, según apunta Al Jazeera. Días después, Sudán cerró su frontera con Eritrea y desplegó miles de tropas allí.
De acuerdo con el medio, Jartum podría estar tratando de intensificar el enfrentamiento con Egipto con el fin de explotar los sentimientos nacionalistas del pueblo sudanés y desviar la atención de los graves problemas internos del país. Sin embargo, Egipto puede estar inclinado a reducir la escalada hasta que se celebren sus elecciones presidenciales a finales de este año.
'Guerra por agua'
Otra razón detrás de las actuales tensiones entre Egipto y Sudán es, según señalan múltiples medios internacionales, la construcción en curso de la Gran Presa del Renacimiento de Etiopía (ERGE). Esta represa, que será la séptima planta de energía hidroeléctrica más grande del mundo cuando esté terminada, se encuentra en la región de Benishangul-Gumuz, en Etiopía, a solo 40 kilometros al este de la frontera del país con Sudán.
El Cairo teme que la presa pueda reducir su parte del río Nilo, que le proporciona casi toda su agua dulce. El Gobierno egipcio cree que Sudán está del lado de Etiopía con respecto al futuro de la represa, y recientemente propuso excluirla de las polémicas negociaciones sobre el futuro del proyecto, lo que enfureció a la parte sudanesa.
Jartum argumenta que quiere seguir siendo parte de las negociaciones sobre un tema que sin duda afectará la vida del pueblo sudanés y el futuro del país. Cabe destacar que Sudán se beneficiará mucho del proyecto: Etiopía venderá electricidad a su vecino del norte y una ya planificada línea de transmisión conectará la red eléctrica de Etiopía con Jartum.
Los Hermanos Musulmanes
Sin embargo, las disputas sobre el Triángulo de Hala'ib y la Presa del Renacimiento no pueden ser vistas como las causas del enfrentamiento actual entre Egipto y Sudán, insiste Al Jazeera. El conflicto entre ambas naciones es más profundo y complicado, con dimensiones históricas, políticas y, lo que es más importante, ideológicas, recoge el portal.
El Cairo acusa a Jartum de apoyar los planes de la organización islamista Hermanos Musulmanes para derrocar el régimen del presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi. Por su parte, Sudán ve a Sisi y su Gobierno como "golpistas", que derrocaron ilegalmente al primer presidente egipcio elegido democráticamente, Mohamed Morsi, que pertenecía a dicha organización.
La crisis diplomática con Catar
Cuando estalló la crisis diplomática con Catar, en junio de 2017, Sudán se encontraba en una situación incómoda, según apunta Al Jazeera. En los años anteriores, había tratado de permanecer neutral durante las disputas dentro del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, manteniendo una relación cercana con Catar, pero también enviando tropas para respaldar los esfuerzos de guerra de los EAU y Arabia Saudita en Yemen.
Los vecinos de Sudán, Eritrea y Etiopía, también se han convertido en parte de dicha crisis. Etiopía, al igual que Sudán, se ha acercado más a Catar en su lucha por calmar las tensiones en curso en el Golfo. Mientras tanto, Eritrea, que se encuentra en medio de un largo conflicto con Etiopía, se ha puesto del lado de Arabia Saudita, Egipto y los EAU.
Según subraya el medio, es evidente que la crisis de los países del Golfo ya se ha extendido a la cuenca del Nilo y al Cuerno de África. En consecuencia, la región puede verse empujada a nuevos conflictos en el futuro cercano.