Las autoridades filipinas han elevado al nivel 3 —considerado como "crítico"— la alerta por la amenaza que plantea el volcán Mayón. Los expertos advierten de una erupción peligrosa "en cuestión de semanas o incluso días".
Durante las últimos dos jornadas, el volcán ha estado arrojando cenizas a la atmósfera. El domingo en la cima del Mayón, de 2.462 metros de altura, se pudieron ver flujos de magma, lo que obligó al Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs, por su acrónimo en inglés) a hacer pública una alerta de nivel 3.
"El cráter de la cima del Mayón exhibe ahora un resplandor brillante, lo que significa el crecimiento de un nuevo domo de lava y el comienzo de la salida de flujos de lava hacia las laderas meridionales", reza el comunicado de Phivolcs.
"Ello significa que la agitación del Mayon es relativamente alta y que el magma está en el cráter, y que una erupción peligrosa es posible en cuestión de semanas o incluso días", añadieron desde el citado organismo.
Durante este fin de semana, unas 3.000 personas ya han sido evacuadas de las poblaciones cercanas al volcán, mientras a los vecinos y turistas se les aconseja mantenerse alejados de su cima.
A más de 12.000 personas se les ha ordenado abandonar la zona de peligro de siete kilómetros situada alrededor del cráter. Asimismo, las autoridades advierten sobre las nubes tóxicas y los efectos potencialmente destructivos de la erupción.
Mayón, que está ubicado en el centro de la provincia filipina de Albay, está considerado como el volcán más activo de Filipinas. Ha entrado en erupción unas 50 veces a lo largo de los últimos 400 años.
En 1814, una catastrófica erupción del volcán acabó con la vida de cerca de 1.200 personas.