¡Los rusos llegaron a México! El desembarco de sus producciones toma la gran pantalla
"¿En serio?", pregunta con asombro Alejandro Gómez Treviño, subdirector de programación de la Cineteca Nacional de México, cuando le comentan el dato.
La cosa es así: el año pasado el cine ruso logró recaudar 4,1 millones de dólares en México, lo que ubica a la nación latinoamericana como una de las más entusiastas de las producciones rusas según el director ejecutivo de la Fundación Cine Anton Malyshev, recoge el portal Vedomosti.
La cinta de terror 'La Novia' fue la gran favorita del público mexicano al lograr más de 3,4 millones de dólares en taquilla. Aunque el monto total recaudado es discreto comparado con las cifras de Hollywood, no es despreciable cuando se toma en cuenta que 1,2 millones de personas decidieron acodarse en una butaca dispuestos a salir del circuito predominante del entretenimiento. ¿Qué explica ese fenómeno?
Más de cien
Catherine Alice Bloch Gerschel es la subdirectora de Investigación de Acervos de la Cineteca y, después de una pesquisa en el archivo, confirma la robusta lista de películas rusas que se han exhibido en las diez salas de la institución desde el año 2002.
El listado completo incluye 108 películas hechas en Rusia o en co-producción con otros países; además de 91 cintas realizadas en los tiempos de la Unión Soviética. "Hay que aclarar que esto no es todo lo que se ha exhibido en México porque acá solo se registra lo que ha pasado por la Cineteca, no está contabilizado el circuito comercial", precisa por su parte el subdirector del centro de documentación, Raúl Miranda.
De hecho, películas de terror como 'La Novia'; de superhéroes como 'Guardianes' o de acción como 'Attraction: La guerra ha comenzado', no aparecen en la lista de la Cineteca pero sí se exhibieron en las salas comerciales. En marzo de este año ya han anunciado el estreno de la comedia 'Hasta que la boda nos separe', un 'remake' mexicano del filme ruso 'Gorko'.
Otra de las películas que llegará a las salas en México será 'Sin amor', la laureada cinta del director ruso Andrey Zvyagintsev, que narra la historia de la desaparición de un niño tras la pelea de unos padres con el divorcio en ciernes. Gómez Treviño adelantó que también se planea la proyección de 'Anna Karenina', en la adaptación del clásico de León Tolstoi realizada por Karén Shajnazárov.
Otra mirada
Miranda manda a pedir los catálogos de la Cineteca desde los años 70 del siglo pasado y ubica el índice con las producciones rusas y procedentes de la extinta Unión Soviética que anualmente se proyectaban en México: "Es interesante comparar el número con lo que se exhibe ahora", comenta.
Desde 1970 a 1979, en México se exhibieron 102 películas. El año más prolífico de esa década fue 1977, cuando 17 filmes soviéticos llegaron a las salas. Dos lustros más tarde, el número descendió a 96. El catálogo de la década de los 90 aún no está disponible pero Miranda presume que la tendencia fue más o menos la misma.
Entre 2002 y 2017, la cifra de cintas rusas proyectadas en la Cineteca no baja de cien y, según Miranda, la popularidad de esas producciones se mantiene porque ofrecen una mirada distinta: "El cine post-soviético está explorando otros temas, más allá de los históricos, y hay una curiosidad entre los mexicanos por conocer cómo viven ellos, cómo es su sociedad y cuánto se parece a la nuestra".
"Hay mucho interés en el cine ruso porque hemos visto revelaciones muy grandes. Es una cinematografía muy rica, muy valiosa y esperamos que se desarrollen más directores de todo tipo, con sus estéticas particulares, para enriquecer nuestra visión del cine, que está tan permeada por la influencia norteamericana", agrega el subdirector del centro de documentación de la Cineteca.
¿Los mismos villanos?
Dicen que cuando el director Sergei Eisenstein llegó a México en 1930 con un proyecto fílmico ambicioso (que nunca pudo terminar) tenía previsto pasar apenas unas semanas, pero que el misticismo mexicano y su ánimo festivo hicieron que el ruso se llenara "del espítiru de la poesía, de la vida y la muerte, del amor de hombres y mujeres, de la veneración de los dioses", tal como lo describe Marie Seton, y la estadía se postergara por más tiempo.
Allí se ubica, al menos en la historiografía cinematográfica, el inicio de la relación entre Rusia y México, países que –como apunta Miranda– tuvieron algo en común: una revolución interesada en tener su propia estética y el cine, en esa época, era un campo más fértil para hacer germinar esas búsquedas.
Aunque después del fallido filme de Eisenstein solo hubo otras tres coproducciones entre ambos países, según registra el director ruso-mexicano Sergio Olhovich, la influencia de esas obras sigue vigente. Uno de los semilleros de la escuela rusa es el Instituto de Arte Cinematrográfico y de Actuación, mejor conocido como El Ruso, que tiene más de 18 años en la formación de cineastas.
Lo que está claro, al menos para Miranda, es que el cine ruso en México puede gozar de buena salud: "Aquí se sigue admirando el cine soviético y las vanguardias de los años 20 y 30, pero también hay una legítima curiosidad por sus nuevas producciones. Ojalá hagan más cine de género porque nos hace falta ver películas donde los malos no sean ellos, donde el enemigo sean agentes de la CIA y del FBI", bromea el subdirector del centro de documentación.
Afuera de la Cineteca ya cae la tarde y se empiezan a llenar las diez salas de complejo cultural que recibe más de un millón de usuarios al año. Para el cine ruso, por ahora, estos no serán los últimos espectadores.
Nazareth Balbás