La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) de México descubrió que las tarjetas que el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) destinó a los damnificados por los sismos de septiembre pasado fueron objeto de graves irregularidades.
Un reportaje de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) reveló que se expidieron cerca de 4.574 tarjetas a nombre de 1.495 beneficiarios, es decir, se emitieron 3.079 plásticos de más. Pero no sólo eso, sino que dichos apoyos económicos fueron 'hackeados' por agentes externos.
Tras los movimientos telúricos del 7 y 19 de septiembre de 2017, el Gobierno de México se comprometió a brindar apoyo para la reconstrucción de viviendas de las familias afectadas. Dicho apoyo se daría por medio de tarjetas y monederos electrónicos que entregaría Bansefi.
Sin embargo, otra investigación de MCCI reveló que al menos 258 damnificados interpusieron denuncias ante las autoridades competentes, ya que los monederos electrónicos que recibieron registraban cargos no reconocidos, entre ellos, compras en tiendas departamentales ubicadas en los estados de Veracruz, Quintana Roo y Jalisco, es decir, lejos de las zonas afectadas por los movimientos telúricos.
Dos millones de pesos robados
Luego de una exhaustiva investigación, la CNBV reveló que el 96,5 % de esas tarjetas fueron 'hackeadas' y se les sustrajeron más de dos millones de pesos, equivalentes a más de 100.000 dólares. Algunas de estas operaciones fueron efectuadas entre el 22 de octubre y el 2 de noviembre del año pasado.
En entrevista con el diario Reforma, el titular del Bansefi, Virgilo Andrade Martínez, reconoció que se expidieron varias tarjetas bancarias a nombre de una misma persona, pero sostuvo que no se extrajeron recursos de esos mismos plásticos, por lo que no se puede hablar de un fraude.
Según Andrade Martínez, las "incidencias" serán argumentadas en la CNBV y, muy probablemente, estarán esclarecidas antes del 2 de febrero del año en curso.
- El sismo del 19 de septiembre del año pasado dejó 360 muertos, mientras que el desastre natural ocurrido casi dos semanas antes, el 7 de septiembre, causó 102 víctimas mortales.