Venezuela: 60 aniversario de la caída de la dictadura militar, una fecha histórica para el país
La Vaca Sagrada, un Douglas C-54 Skymaster, modelo usado también por EE.UU. como avión presidencial, enciende sus cuatro motores. La base aérea La Carlota, ubicada al este de la ciudad de Caracas, está en tinieblas. Son las dos de la madrugada y es el jueves 23 de enero de 1958.
El mayor José Cova Rey ha encendido la aeronave con premura, sabe que se le acaban las dos horas de plazo solicitadas por el dictador a sus adversarios.
El avión deja el hangar, taxea la pista y busca la cabecera. Cova lo hace calculando las distancias y mirando desde la cabina. Las luces de balizaje nocturno no se han encendido para evitar que las baterías antiaéreas, situadas muy cerca del aeropuerto, entren en acción.
El hasta entonces hombre fuerte de Venezuela, general Marcos Pérez Jiménez, se ve acorralado por la insurrección popular y sin respaldo en las Fuerzas Armadas. Es allí cuando decide huir del país sin enfrentar a la justicia.
Ese vuelo, la 'Sacred Cow', será el símbolo de la caída de la última dictadura militar que padeció Venezuela.
La dictadura
Desde principio de la década de los 50, Pérez Jiménez encabezó un régimen totalitario que limitó las libertades públicas, políticas y que empleó a la Seguridad Nacional (cuerpo policial de la dictadura), como fuerza de choque interna contra la disidencia militante.
Poco menos de un año antes de la caída del dictador, en agosto de 1957, y por iniciativa del Partido Comunista de Venezuela (PCV), se organiza la Junta Patriótica,que va a liderar la gesta contra el régimen.
Fue una alianza de partidos para luchar conjunta y clandestinamente contra la dictadura del general.
Pueblo y escape
Dos días faltan para la huída del dictador, es el 21 de enero de 1958 y la Junta Patriótica convoca a un Paro Cívico como medida extrema de presión al gobierno.
Los periódicos, también censurados durante varios años, se suman al paro y suspenden indefinidamente sus publicaciones. Solo circula El Heraldo, de orientación pro-dictadura.
Para el día 22 de enero, el paro se convertirá en una huelga general, bajo la dirección de los líderes del PCV.
Mientras, el dictador pasa aquella madrugada tratando de asegurar las solidaridades de algunos mandos militares. Se trata de una estrategia que intenta revertir la insurrección civil y militar que lo sacará del palacio de gobierno.
En las calles, un mar de pueblo avanza hacia el palacio de gobierno, enfrentándose a los batallones militares que resguardan el perímetro.
El dictador se sabe derrotado. Entonces, cuando es informado de que la poblada se dirige a la casa de gobierno, improvisa un plan de fuga. Pide aprovisionar un barco para fugarse a una isla del Caribe, pero es imposible.
Le recuerdan que el destructor Brión domina las aguas por las costas del país y que su comandante apoya a los insurrectos. Aparece entonces la opción de emplear el avión presidencial para escapar de sus enemigos políticos.
Fue el mayor Cova Rey quien consiguió un plazo de dos horas, que el dictador empleó para reunir a su familia, aprovisionar dinero y huir a Santo Domingo (República Dominicana), donde otro dictador, Rafael Leonidas Trujillo, le permitió aterrizar sin inconvenientes.
El líder clandestino
Poco después del despegue del avión que se llevó al dictador, irrumpió en las emisoras de radio la voz de Fabricio Ojeda. Y es cuando toda Venezuela conoce al hombre que, desde la clandestinidad, presidió la Junta Patriótica y dirigió la heroica insurrección del pueblo y de sectores de las Fuerzas Armadas.
Aupados por Ojeda, aquel 23 de enero, el pueblo ocupará edificios gubernamentales, liberará presos políticos y reducirán militarmente a los grupos armados que cubrieron la fuga del dictador.
No obstante, el Partido Comunista, que dirigió la épica campaña clandestina contra la dictadura, será borrado de la historiografía oficial, impuesta años más tarde, por los que se aprovecharon de la gesta popular.
Un pacto excluyente
Ocho días después del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el 31 de octubre de 1958, los partidos políticos, aliados al sector empresarial de Venezuela, firman el conocidoPacto de Punto Fijo, que garantizaba la alternabilidad en el poder a las cúpulas de Acción Democrática (socialdemócrata), Copei (social cristiano) y Unión Republicana Democrática (posteriormente excluido del pacto).
El PCV, artífice del derrocamiento, sería no solo excluido de aquella componenda política, sino proscrito durante décadas.
Significado
Para el historiador venezolano Martín Guedez, "el 23 de enero de 1958 significó el final de un régimen basado en el predominio del poder castrense que comenzó en 1952, con el gobierno personalista del dictador Marcos Pérez Jiménez".
Para cuando ocurre la insurrección cívico-militar que acaba con la dictadura, opina Guedez, "las condiciones objetivas y subjetivas estaban dadas para conducir el movimiento popular a un salto cualitativo que empezara a transformar la historia de explotación y opresión".
No obstante, ese momento histórico, precisa el historiador, "el liderazgo no estuvo a la altura de los desafíos. Sus acciones u omisiones sembraron la duda entre la masa trabajadora y apenas al mediodía del mismo 23 de enero, todo se había perdido".
De forma más precisa apunta que al liderazgo del '23 de enero' "le faltó temple, decisión y conciencia revolucionaria para aprovechar el momento y el momento se perdió".
Para Martín Guedez, la Venezuela de hoy, tras 60 años de aquella gesta popular, se encuentra en una encrucijada histórica.
"La lucha es a muerte entre dos sistemas que se repelen, se niegan y no admiten componendas ni inventos de 'socialismo nuevo' o 'capitalismo humano'", concluye.
Ernesto J. Navarro