Los Lada llegaron a formar parte del paisaje urbano de Cuba en la época soviética y ahora es de lo más común observar en la isla tanto los automóviles de fabricación rusa que tienen decenas de años, como modelos nuevos que han empezado a llegar desde Rusia.
Tras un reciente acuerdo entre el Gobierno cubano y la empresa rusa AvtoVaz, los Lada isleños tendrán un refuerzo después de muchos años. Más de 300 automóviles ya arribaron al puerto de La Habana a inicios de este año. A diferencia de sus predecesores que, según la compañía llegan a cerca de 100.000 en Cuba, los nuevos modelos son prácticamente desconocidos.
Oliver Zamora Oria, corresponsal de RT, ha comprobado en carne propia que la pasión caribeña por los Lada consolidó el papel de estos vehículos en la vida cotidiana de los cubanos, que a día de hoy aprecian la marca rusa.
"Hasta que la muerte nos separe"
Para muchos, estos vehículos ya son parte indispensable de su vida. Este es el caso del periodista Leonel Nadal, quien lleva 35 años con su Lada. "Le he dado la vuelta a Cuba unas cuantas veces en este carro, de aquí a Santiago, Pinar del Río, a la Ciénaga de Zapata, y nunca me ha dejado botado", comentó el cubano a RT.
"Este es un matrimonio, como se dice, hasta que la muerte nos separe", agregó Nadal.
¿Y si acecha una ruptura?
Este amor por un Lada se puso a prueba en los años 90, cuando se cortó el suministro de piezas de repuesto tras la desaparición de la URSS. Fue la creatividad y el ingenio de los mecánicos cubanos lo que salvó la situación: en el país aparecieron talleres capaces de fabricar artesanalmente partes de los diferentes modelos.
Para no quedarse a pie, los cubanos adoptaron alternativas. "Las direcciones se reparan con teflón, se hacen autorregulables, los sinfines se reparan, todo se ha reparado", aseguró a RT Manuel Iglesias, dueño de un pequeño taller especializado en Lada que instaló con capital familiar. "Hay lugares donde lo hacen criollos y también hay particulares que los hacen como si fueran de fábrica", agregó.