El secretario de Defensa de Reino Unido, Gavin Williamson, considera que Rusia estudia las vulnerabilidades de los sistemas energéticos británicos con el objetivo de atacar sus infraestructuras y provocar "miles y miles y miles de muertes".
"¿Por qué pararse ahí? ¿Por qué no decir millones, billones o cuarillones?" se pregunta Simon Rite, quien estima que las palabras de ese alto cargo son "la última bomba de pánico".
El autor ironiza con el hecho de que, si Rusia realmente deseara sembrar el caos en terrotorio británico no querría dañar el tendido eléctrico, sino que "donaría dinero al fondo para lograr la reelección del Partido Conservador".
Planes de contingencia
"Existe una gran posibilidad de que Rusia esté elaborando un plan de contingencias en caso de conflicto", sobre todo a raíz de que "el ministro de Defensa de otro país pase su tiempo hablando sobre guerra" contra ese país, resalta el autor.
Por ejemplo, las armas para las que Williamson solicita más fondos no son para "un concurso internacional de cosquillas", sino parte de "un plan de contingencias para causar 'miles y miles y miles de muertes' si se utilizan".
A juicio de Rite, los grandes portaviones que Reino Unido planea echar a la mar pueden "causar un cierto caos y muertes cuando amarre cerca de algún país repleto de arena", debido a que "la retórica bélica procede de Occidente, no de Oriente".
Sin luz habrá caos
Gavin Williamson aseguró que, si hoy en día Reino Unido perdiera sus interconectores eléctricos, tres millones de casas se quedarían sin luz —serían ocho millones dentro de unos años— y esa circunstancia provocaría "un caos doméstico e industrial".
A pesar de que el político británico estima que se trata de una "verdadera amenaza", Simon Rite recuerda que si "el centro financiero más grande del planeta" se desconecta, el caos sería "mundial... y Rusia también está en este planeta".
El autor subraya que "el único objetivo" de esta retórica es "sembrar el pánico, tanto en el Gobierno como entre la población [de Reino Unido]" y los comentarios de Williamson "son tan graves" que sugieren que resulta lícito "decir cualquier cosa sobre Rusia, porque a nadie parece importarle si es verdad o aceptable".