España: el militar que murió por un fallo de su F18 había recibido presiones para volar días antes

El joven de 26 años fue reprendido por negarse a volar con otro avión con problemas mecánicos. El Gobierno español ha negado esta información.

El pasado 17 de octubre el teniente del Ejército español Fernando Pérez Serrano falleció en un accidente aéreo cuando uno de los motores del F18 que pilotaba falló. El aparato no llegó a despegar de la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) y se estrelló en un lateral de la pista de despegue. El piloto no fue expulsado del avión. El joven tenía 26 años y había sido condecorado con la Cruz al Mérito Aeronáutico por ser el número 1 de su promoción.

Según informa este jueves Público, citando fuentes de la base aérea, el teniente había sido presionado por su coronel tan solo seis días antes del accidente debido a que se había negado a volar con otro aparato que tenía problemas mecánicos. Al no superar el avión el control rutinario decidió permanecer en tierra y fue reprendido por su superior, que también tomó medidas disciplinarias, según los denunciantes.

El exteniente del Ejército de Tierra español Luis Gonzalo Segura nos cuenta que conoce muy bien el caso y que este tipo de "negligencias y de desprecio a la vida de los subalternos" es una práctica habitual. "Es un episodio gravísimo", afirma el exmilitar, que pide que se procese penalmente a este coronel. "Todo hace pensar que esta historia es cierta" y que "el coronel presionó a este piloto", que "tuvo una consecuencia directa", añade.

La semana pasada se conoció que ese 17 de octubre el piloto fue informado de que uno de los motores del F18 no funcionaba, pero el joven teniente continuó con la misión, según recoge El Independiente.

Según las mismas fuentes militares que cita Público, el día de los hechos, cuando Pérez Serrano llegó al avión el mecánico le informó de que uno de los motores hacía un ruido extraño, aunque funcionaba. El resto de las pruebas daban resultados normales, aunque el ruido persistía, y decidió continuar con la misión: un vuelo de instrucción. Aunque el F18 solo necesita 1,5 Km para despegar, el piloto apuró la pista de 4,2 Km y terminó estrellándose en un lateral.

La versión oficial

El Ministerio de Defensa ha negado las presiones denunciadas días antes del siniestro. Según su versión, ese vuelo no despegó porque el piloto se encontraba "indispuesto" y no se llegó a comprobar el estado del F18. Sin embargo, no ha confirmado si llegó a producirse alguna medida disciplinaria. El departamento dirigido por María Dolores de Cospedal también ha desmentido que cualquier piloto militar despegue sabiendo que uno de los motores no funciona, como recoge el mismo medio local.

"Esta versión es absolutamente surrealista", afirma Segura, que considera que si el piloto hubiera estado enfermo debería haber un parte de baja. "¿Dónde está?", se pregunta. Asimismo, cree que por una simple indisposición un piloto no deja de volar, pues son personas con una gran preparación que han pasado muchas pruebas. "No parece creíble", añade.

Por otro lado, si se hubiera producido un arresto tras no volar el 11 de octubre, esa información es confidencial, por lo que no puede trascender. Según Segura, el propio coronel puede hacer "desaparecer" el arresto. "No sería la primera vez que pasa eso en el ámbito militar", aclara. Además, considera que muchas veces este tipo de medida disciplinar no queda registrada por escrito y que cuando sí lo hace, puede ser bajo la causa 'incumplimiento de orden', que es un "baúl de sastre" donde cabe cualquier cosa. 

Sobre el superior del piloto dice que "es un clamor que me ha llegado por varias fuentes, que el coronel Mauriño es un déspota", y que ha sido informado de que tiene "comportamientos inadecuados" con los militares del Ala 12.

Suspedidos por la OTAN

Las presiones denunciadas se producen en el contexto de una evaluación negativa de la unidad Ala 12 –a la que pertenecía el joven teniente fallecido– por parte de la OTAN. Un nuevo examen este año confirmará si esta unidad puede participar o no en los ejercicios de la Alianza Atlántica en los que intervenga España.

Para Segura, esta circunstancia puede ser clave, puesto que de los resultados puede depender un posible ascenso del coronel. Así, considera que esta situación pudo elevar la presión.

"Todos tenemos en mente el Yak-42", añade en referencia al accidente en Turquía que en 2003 costo la vida a 62 militares españoles. "Todos los militares sabían las condiciones lamentables del aparato, y aún así volaron", concluye.