El presidente de EE.UU., Donald Trump, trató de desacreditar a tres altos funcionarios del FBI por temor a que pudieran testificar en su contra en la investigación del abogado especial Robert Mueller, informa Foreign Policy citando a dos personas directamente familiarizadas con el asunto.
El pasado 8 de junio, el recientemente despedido director del FBI, James Comey, reveló en una comparecencia ante el Comité de Inteligencia del Senado que había hablado con otros altos funcionarios del buró sobre los posibles esfuerzos indebidos del presidente para restringir la investigación. Los funcionarios en cuestión son Andrew McCabe, actual subdirector y director del FBI en funciones durante un tiempo; Jim Rybicki, jefe de personal de Comey y James Baker, exasesor general del FBI.
No mucho después de la declaración de Comey, Trump contrató a John Dowd, un veterano abogado de defensa criminal, para que lo representara en asuntos relacionados con la investigación de Mueller. Dowd advirtió a Trump de que el posible testimonio de los altos funcionarios del FBI podría tener un papel central en la conclusión final del abogado especial, según las fuentes del Foreign Policy.
Desde que Dowd le dio esa información a Trump, tanto él como como sus ayudantes y algunos miembros republicanos del Congreso, lanzaron una campaña sin precedentes para desacreditar a los tres altos funcionarios y al FBI como institución, sostienen las fuentes.
"Noticias falsas"
Por su parte, el propio presidente de EE.UU. aseguró este miércoles que "está deseando" que le interrogue el fiscal especial Robert Mueller, que encabeza la investigación sobre los supuestos vínculos entre el mandatario y Moscú. En este sentido, Trump subrayó que "lo haría bajo juramento".
También esta semana, el mandatario norteamericano ha calificado de "noticias falsas" las publicaciones aparecidas en los medios sobre su supuesta intención de despedir el pasado mes de junio a Robert Mueller. Según aquellas informaciones, el mandatario desistió solo cuando el principal asesor legal de la Casa Blanca, Don McGahn, amenazó con dimitir.
Trump sostiene que no hubo nexos entre el equipo de su campaña presidencial y el Kremlin, y que las acusaciones se basan en un engaño de los demócratas, que las usaron como excusa después de perder los comicios.