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"No calculan lo que vendrá después, y vendrá una catástrofe": El peligro de las ambiciones de EE.UU.

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Sin datos de Inteligencia fiables sobre el programa nuclear de Corea del Norte, en caso de atacar, EE.UU. podría encontrarse con una respuesta inesperada, advierten los expertos.

EE.UU. ha modernizado su bomba no nuclear más potente, la GBU-57, que supera en varios parámetros a la famosa 'Madre de todas las bombas' que fue lanzada en abril de 2017 en Afganistán. Según la capitana Emily Grabowski, se trata de su cuarta modificación, lo que "ha mejorado su eficacia contra objetivos resistentes y enterrados a profundidad".

Mientras que la GBU-43 (denominación oficial de la 'Madre de todas las bombas') es un proyectil destinado a atacar objetivos poco fortificados como sistemas de túneles, refugios ubicados en cuevas o campos minados, así como para producir un impacto psicológico en el enemigo, la GBU-57 fue desarrollada para destruir objetivos fortificados tales como búnkeres subterráneos.

El peso de esta bomba alcanza las 13,5 toneladas, frente a las 9,5 toneldas de la GBU-43, y una gran parte de este peso corresponde a un fuerte armazón externo que aumenta la capacidad de impacto de la bomba. Se conocen pocos detalles sobre la última versión modificada, pero en las pruebas anteriores a la modernización, en caída libre conseguía atravesar 61 metros de suelo y hasta 19 metros de hormigón armado. 

Aunque a diferencia de la GBU-43, la GBU-57 nunca se ha utilizado en la práctica, su uso en combate sería más fácil. Por ejemplo, si para transportar la GBU-43 se necesita utilizar un avión Lockheed C-130 Hercules, una nave pesada y visible para los radares, la GBU-57 puede transportarse en los bombarderos furtivos B-2. La precisión del ataque se corrige gracias al sistema GPS. 

"Mensaje para Corea del Norte"

"En 2017, los estadounidenses utilizaron la 'Madre de todas las bombas' en la provincia afgana de Nangarhar. No obtuvieron con ello ningún resultado relevante, pero mostraron a todo el mundo que disponen de este arma y la probaron en situación de combate", comenta a RT el director del Centro de coyuntura estratégica Iván Konoválov. 

"Ahora se trata de un mensaje para Corea del Norte, que tiene una situación similar a la de Irán en 2007, cuando se estudiaba una intervención en este país y fue desarrollada la GBU-57", opina Konoválov. 

En enero de 2017, varios bombarderos B-2, que serían los encargados de transportar estas bombas, ya fueron desplegados en la base estadounidense de la isla Guam, situada en el Pacífico occidental.

No obstante, el experto advierte que "sin tener datos de Inteligencia fiables sobre el estado del programa nuclear de Corea del Norte, sobre qué y dónde se encuentra, los estadounidenses pueden encontrarse con una respuesta más fuerte de la que esperan. O pueden llevar la situación a un callejón sin salida y causar una catástrofe en la península coreana".

"Ilusiones peligrosas"

"Tanto los generales estadounidense como el 'establishment' político de EE.UU. tienen unas ilusiones muy peligrosas. Hicieron ostentación de la GBU-57, del envío de los B-2 a Guam, han probado la duodécima modificación del B-61 y cambiado la doctrina nuclear. Está claro que piensan que a través de las armas nucleares tácticas de potencia reducida es posible alcanzar resultados decisivos en la guerra", afirma Konovalov.

"Lo que vendrá después es algo que los estadounidenses no calculan; y lo que vendrá después será una catástrofe", advierte el analista.

"Esto crearía un precedente que destruiría definitivamente el sistema de no proliferación de armas nucleares y permitiría al enemigo utilizar sus armas nucleares en su totalidad", opina a su vez el experto militar Víktor Litóvkin.

Otros proyectos

No obstante, la última modernización de la bomba no supone el final de la estrategia estadounidense en la creación de armas de este tipo. En 2017, el teniente general estadounidense Philip Breedlove habló sobre la necesidad de desarrollar una bomba antibúnker de nueva generación que fuera comparable en su impacto a la G-57 pero tuviera un tamaño tres veces menor, para que pudiera ser transportada por cualquier tipo de bombardero. En 2010, la Fuerza Aérea de EE.UU. anunció el inicio del desarrollo de un arma así. 

Entre otros proyectos similares está la modernización de la bomba BLU-109. En junio de 2017, la Fuerza Aérea de EE.UU. anunció un concurso para la fabricación de un millar de bombas BLU-137, que deberían ser más potentes que la BLU-109 pero con el mismo tamaño.

"A EE.UU. no le conviene la distensión, necesita mantener su complejo industrial de defensa. La afirmación de que la guerra alimenta la economía es más propia de EE.UU. que de ningún otro país", opina Konoválov.

Según los expertos militares, a diferencia de EE.UU., Rusia no se establece objetivos que requieran desarrollar bombas convencionales similares a la GBU-57.

En cuanto a la protección contra este tipo de armas, "el mejor método es un sistema de defensa aérea que no permita al avión o misil llegar al objeto protegido", señala Litóvkin. "Rusia tiene los mejores sistemas de defensa antimisiles del mundo, los S-300 y S-400 de alcance corto, largo y mediano, que no tienen análogos en ningún otro país", añade el experto. 

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