La Reforma Energética mexicana podría beneficiar a la economía de México hasta en un billón de dólares, según los datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Mientras tanto, los fondos públicos de ese país pierden 1.000 millones de dólares al año debido a uno de los problemas más graves que afronta su industria petrolera: el robo de combustible, de acuerdo con los datos de una reciente investigación elaborada por Gabriel Stargardter para la agencia Reuters.
A pesar de que no es un fenómeno nuevo, el autor del informe destaca que los cárteles de la droga llevan esta práctica a "una nuevas dimensiones calamitosas", en parte por la campaña oficial vigente desde hace años, que obliga a los narcotraficantes a buscar nuevas fuentes de ingresos.
En 2017, se registró la cifra récord de 9.509 tomas clandestinas de combustible, un 38,35 % más que el año anterior, según un estudio de Pemex citado por Sin Embargo. La presidenta de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, Georgina Trujillo Zentella, señala que "el negocio es más lucrativo que el tráfico de drogas porque implica menos riesgo" y "todos consumimos gasolina".
El otro gran problema que afecta a los niveles de producción de crudo es la falta de inversiones en instalacionesque se construyeron hace décadas. Un informe de S&P Global Platts indica las seis refinerías mexicanas funcionaron a un 59 % de su capacidad total en 2016 y produjeron 798.000 barriles por día ese diciembre, el nivel mensual más bajo en 24 años.
Esas instalaciones, construidas para procesar petróleo ligero, requieren modernizaciones para que sean capaces de procesar crudo pesado, advierte el portal Oil Price. No obstante, Pemex no ha tenido mucho éxito a la hora de atraer inversores internacionales debido a preocupaciones políticas y de seguridad.
Mientras tanto, la creciente demanda y la disminución de la producción del crudo causaron que México triplicara sus importaciones netas de gasolina y diésel desde 2000, principalmente mediante importaciones procedentes de Estados Unidos.
La AIE, de la que México ya es miembro, espera que las reformas impulsen la producción de petróleo, aumenten las fuentes de energía renovales e incrementen la eficiencia energética de ese país para 2040, reporta Milenio. En caso contrario, esa organización advierte que la producción de petróleo mexicano disminuiría aún más y eso aumentaría el coste de la electicidad. "De hecho, el fracaso en la Reforma reduciría el Producto Interno Bruto de México un 4 % para 2040", advierte la agencia.