La versión de los policías implicados en el caso se supo primero que la de la víctima: a esta hora, el joven Marco Aurelio Sánchez está en un hospital.
Han pasado menos de 24 horas desde que los padres de ese adolescente de 17 años, desaparecido desde el martes de la semana pasada, lograran ubicar a su hijo a más de 100 kilómetros de la estación de Metrobús donde fue detenido por agentes policiales.
La movilización ciudadana en la Ciudad de México, la indignación en las redes y el pronunciamiento de organizaciones de derechos humanos clamaron por el esclarecimiento del caso, en el que se presume exceso de la actuación policial. Sin embargo, después del hallazgo de la víctima, son más los cabos sueltos que las respuestas.
Testigo claves
La detención de Sánchez ocurrió mientras estaba acompañado por un amigo, quien al momento tomó una fotografía que mostraba al joven tirado en el suelo y rodeado por varios agentes policiales.
Según reveló el amigo, los oficiales acusaron a Sánchez de haber robado a un joven, cuando en realidad le estaba tomando una foto frente a un mural. Luego, al ser abordado por la autoridad, Sánchez sintió miedo y se echó a correr, hasta que lo detuvieron en la estación de Metrobús El Rosario, indica.
Los agentes que aprehendieron al muchacho prometieron presentarlo a una sede del Ministerio Público, a la que jamás llegaron. La madre de Sánchez acudió esa misma noche a la fiscalía pero no encontró a su hijo; quiso interponer una denuncia y tampoco la dejaron, bajo el argumento de que probablemente el joven se hubiese fugado con alguna novia.
Este lunes, los policías admitieron que en el momento de la detención había "dos jóvenes" y aprehendieron solo a uno, pero sostienen que luego procedieron a liberarlo a dos cuadras de la estación de Metrobús porque "no le encontraron nada" que lo vinculara con algún crimen. Dijeron que no lo habían presentado ante el Ministerio Público.
Los golpes
En la gráfica que se tiene de Sánchez justo antes de su desaparición, no se aprecia ningún tipo de heridas en su rostro. Sin embargo, en las fotos que permitieron su posterior ubicación, el adolescente muestra varias lesiones en la cara y signos de maltrato.
El joven fue presentado la noche del sábado ante un juez, en una sede del Ministerio Público de Tlalnepantla, en el estado de México, aunque el propio Sánchez no recuerda ni su nombre.
A pesar del evidente deterioro físico y mental del muchacho, el juez no dictaminó ninguna evaluación médica y procedió a liberarlo nuevamente. El video de la llegada del joven a esa institución fue la clave para activar la alerta Amber (para menores de edad desaparecidos) y encontrarlo horas más tarde, mientras deambulaba erráticamente por la zona, refiere Animal Político.
Raúl Martínez Sánchez, primo de la víctima, acusó a las autoridades del estado de México de cometer una irregularidad al liberar al joven sin avisar a sus padres: "Es un niño todavía, no es mayor de edad. Cometieron una anomalía, un atropello", dijo a Sin Embargo.
Sin búsqueda inmediata
Edith Flores, la madre de Sánchez, denunció que aunque contaba con elementos para exigir una búsqueda inmediata de su hijo, por ser menor de edad, la fiscalía no tomó su caso y sólo activó la búsqueda 48 horas después.
El silencio de las autoridades también indignó a los familiares del joven. El jefe de gobierno de Ciudad de México apenas dijo algo públicamente el fin de semana, luego de la movilización callejera que se dio en el Ángel de la Independencia y de una gran presión de las redes sociales y organizaciones de derechos humanos.
Este lunes, el titular de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, Edmundo Garrido, reveló que el joven no tenía expediente de desaparición y que, incluso si la versión de los policías resultara cierta, la detención y supuesta liberación del joven no estuvo ajustada a los protocolos: "Se está realizando el desglose de la investigación, para valorar las responsabilidades que puedan alcanzar a los funcionarios públicos", dijo citado por Radio Fórmula.
Celular y cámaras dañadas
Según reseña la prensa local, el celular de Marco Aurelio Sánchez estuvo activo hasta dos días después de su desaparición, incluso en la zona cercana a la Preparatoria Número 8, donde estudiaba.
En la historia, sin embargo, hay un hecho clave para determinar las responsabilidades: el video de la detención. El problema es que no hay evidencia de lo que grabaron las cámaras de seguridad de la estación de Metrobús porque supuestamente estaban dañadas.
Hasta ahora, ningún testigo ha sido llamado a declarar sobre el caso. El joven Sánchez tampoco puede comparecer hasta que no culmine la revisión médica y un examen psicológico determine si está en condiciones de ofrecer testimonio.
En el colegio donde estudia Marco Antonio no hubo clases hoy: sus compañeros se declararon en paro para exigir justicia y la reparación de daños al joven, quien apareció desorientado, sin zapatos, amoratado y con signos de debilidad física, recoge La Silla Rota.
Las heridas en su cuerpo podrían tardar entre 15 y 60 días en sanar; las psicológicas, no se sabe. "Estamos hablando de que tuvo un profundo daño, maltrato, golpes en la cara, y profundo daño emocional", dijo a WRadio Juan Martín Pérez, director ejecutivo de la red por los derechos de la infancia.
Su madre, en declaraciones a Excélsior, expresó con indignación que a su hijo no sólo lo habían detenido arbitrariamente, golpeado y robado, sino que además lo echaron de la fiscalía en Tlalnepantla "como perro". Por el hecho están detenidos los policías Ubel Mora, Ricardo de la Rosa, Ricardo Trejo y Martín González.