Como resultado del cambio climático, cerca de la mitad de las instalaciones militares existentes en los Estados Unidos se encuentran en zonas de posibles desastres naturales, asegura un estudio del Pentágono, citado por The Washington Post.
Eso significa que aproximadamente 1.700 bases militares, muchas de ellas de gran tamaño, pueden verse amenazadas por temperaturas extremas, incendios, sequías, inundaciones y ventiscas. De acuerdo con el Ministerio de Defensa estadounidense, el cambio climático puede afectar "significativamente" el entorno de trabajo y las misiones que se llevan a cabo.
"Si el clima extremo hace que nuestras instalaciones sean inutilizables, necesiten soluciones costosas o intensa mano de obra, eso será un impacto inaceptable", resalta el informe.