El 2 de febrero se celebra el 75 aniversario del fin de una de las batallas más cruentas y decisivas de la Gran Guerra Patria y la Segunda Guerra Mundial: la batalla de Stalingrado. Por su escalada, duración, intensidad y el número de participantes se considera una de las batallas más grandes de aquel período. En los combates, que duraron 200 días y se desarrollaron en un territorio enorme (unos 100.000 kilómetros cuadrados) participaron, en sus distintas etapas, más de 2,1 millones de personas.
Para celebrar la importante fecha, en la ciudad rusa de Volgogrado (el nombre actual de Stalingrado) tendrá lugar una serie de eventos conmemorativos: desde un desfile militar hasta fuegos artificiales. Un lugar especial en las celebraciones va a corresponder a los participantes de la batalla y los veteranos de la Gran Guerra Patria de otras ciudades y países. El presidente ruso Vladímir Putin también participará en las celebraciones.
La batalla de Stalingrado comenzó el 17 de julio de 1942 y consistió en dos etapas: la defensiva, hasta el 18 de noviembre; y la ofensiva, a partir del 19 de noviembre.
Ofensiva alemana
Los comandantes nazis planeaban derrotar a las tropas soviéticas en el sur del país, apoderarse de las regiones petroleras del Cáucaso, de las regiones agrícolas del Don y Kuban, destruir las comunicaciones que unían el centro del país con el Cáucaso y crear las condiciones para el fin de la guerra a su favor. Para lograr este objetivo, el Grupo de Ejércitos Sur fue dividido en dos fuerzas: A y B.
Para la ofensiva en Stalingrado, del grupo B fueron elegidos el 6º Ejército Alemán del general Friedrich Paulus y el 4.º Ejército Panzer. Para el 17 de julio, el 6º Ejército tenía a su disposición unos 270.000 efectivos, cerca de 3.000 piezas de artillería y morteros y unos 500 tanques. Además, fue apoyado por unos 1.200 aviones de la 4.ª Flota Aérea. El Frente de Stalingrado, a su vez, contaba con 166.000 soldados, 2.200 piezas de artillería y morteros y unos 400 tanques. Fue apoyado por unos 600 aviones.
La primera etapa de la batalla comenzó con enfrentamientos entre el 62.º Ejército soviético con las tropas alemanas. El enemigo tuvo que desplegar cinco divisiones de las 14 y necesitó seis días para acercarse a la línea principal de la defensa del Frente de Stalingrado. Sin embargo, ante los ataques del enemigo, que superaba a las tropas soviéticas en número de manera considerable, el Ejército Rojo se vio obligado a retroceder.
"¡Ni un paso atrás!"
El 28 de julio de 1942, en medio de los más duros combates en el frente del sur, Stalin firmó su famosa orden №227 "Sobre la prohibición de la retirada de las posiciones ocupadas sin previa orden o medidas tomadas para su mantenimiento", conocida también como la orden "¡Ni un paso atrás!".
El 23 de agosto, las tropas nazis consiguieron romper la defensa del 62.º Ejército y salir al río Volga, al norte de la ciudad, aunque no pudieron tomarla. El 23 y 24 de agosto, la aviación alemana realizó un bombardeo masivo sobre Stalingrado, convirtiéndola en ruinas. Hacia mediados de septiembre, los combates ocurrían ya dentro de los muros de la ciudad.
Operación Urano
A mediados de septiembre de 1942, el vicecomandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la URSS, el general del Ejército Gueorgui Zhúkov, y el jefe del Estado Mayor, coronel general Alexánder Vasilevski, presentaron un plan de contraofensiva del Ejército Rojo en Stalingrado. Propusieron asestar un fuerte golpe contra las posiciones de las tropas rumanas, que protegían los flancos del 6º Ejército Alemán del general Paulus en Stalingrado y rodear al enemigo.
En la Operación Urano, según fue denominada, intervinieron los Ejércitos del Frente Suroeste, el Frente del Don y el Frente de Stalingrado, con apoyo de la flotilla militar del Volga. En total, en la operación participaron 1.103.000 personas, 15.500 piezas de artillería y morteros, casi 1.500 tanques y cañones autopropulsados, así como 1.350 aviones.
El 19 de noviembre de 1942 las tropas soviéticas pasaron a la ofensiva desde el norte y el sur. El primer día de la ofensiva, lograron romper el frente de las tropas rumanas y avanzar unos 35-40 kilómetros. El 23 de noviembre, el cerco se cerró cerca de la ciudad de Kalach del Don y el pueblo Sovetski. Rodeadas quedaron 22 divisiones del enemigo y 150 unidades, unas 300.000 personas en total.
Operación Anillo
El plan de liquidación de las fuerzas rodeadas, desarrollado por el Gran Cuartel General, obtuvo el nombre de 'Anillo' (Koltsó) y fue aprobado el 4 de enero de 1943. El responsable de su implementación fue el Frente del Don, que contaba con 212.000 militares, 6.860 piezas de artillería y morteros y 300 aviones. Las tropas alemanas rodeadas incluían 250.000 militares, 4.130 piezas de artillería y morteros, 300 tanques y 100 aviones.
La mañana del 10 de enero, tras unos potentes ataques aéreos y de artillería, el Ejército Rojo comenzó la operación Anillo, atacando a las tropas alemanas rodeadas.
El 25 de enero, el Ejército 21º del teniente general Iván Chistiakov entró en Stalingrado desde el occidente, y el Ejército 62º, liderado por el teniente general Vasili Chuikov, desde el este. Al día siguiente, los dos Ejércitos se unieron, dividiendo al enemigo en dos partes. El grupo sur de las tropas alemanas incluía lo que quedaba de 9 divisiones lideradas por Friedrich Paulus, y el grupo norte, de 12 divisiones lideradas por el teniente general Karl Strecker.
El 31 de enero de 1943, Friedrich Paulus se rindió junto con su cuartel. La operación Anillo terminó tras la capitulación, el 2 de febrero, del grupo norte del Ejército 6º. Su comandante, Karl Strecker, también se rindió.
En total, durante la operación, fueron derrotadas 22 divisiones del enemigo, 149 unidades de refuerzo y servicio, más de 91.000 militares fueron tomados como prisioneros, entre ellos, más de 2.500 oficiales y 24 generales. El final de la operación Anillo puso fin a la batalla de Stalingrado.
El precio de la victoria
La demoledora derrota del Ejército nazi tuvo lugar en el momento cuando el Tercer Reich, según pensaban sus líderes, se encontraba en la cima de su poderío y controlaba el mayor territorio de toda la guerra. La Wehrmacht sufrió una derrota de proporciones inéditas hasta aquel momento. Un ejército entero, de unas 300.000 personas, fue rodeado y aniquilado.
Pero además de ser un éxito militar, la victoria en Stalingrado trajo consigo un cambio psicológico: los soldados del Ejército Rojo creyeron que podían derrotar al enemigo, mientras que las tropas alemanas empezaron a temer ser rodeadas.
Por los méritos en combate durante la batalla, 122 militares obtuvieron el título de Héroe de la Unión Soviética, a decenas de miles de soldados y oficiales les entregaron condecoraciones estatales. La ciudad de Stalingrado recibiría el título de Ciudad Heroica.
En cuanto a las pérdidas humanas, en la batalla de Stalingrado murieron unos 480.000 militares soviéticos, más de 500.000 resultaron heridos. Según las estimaciones soviéticas, entre las tropas alemanas, las pérdidas desde el 19 de noviembre de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943 superaron las 800.000 personas.