Los militares estadounidenses uniformados como si fueran milicianos kurdos pueden convertirse en blancos de la operación del Ejército de Turquía en Siria, declaró el vice primer ministro turco Bekir Bozdag. Para evitarlo, los aliados de la OTAN deberían dejar de suministrar armas a organizaciones separatistas como PYD y YPG, que Ankara tacha de terroristas.
"Si los terroristas no abandonan Manbiy [la ciudad y el distrito en la gobernación siria de Alepo], lanzaremos una operación en este distrito también y asimismo en la región al este del río Éufrates", dijo el político al canal CNN Turk. "Entonces los militares de EE.UU. uniformados como YPG también serán objetivos para la operación de nuestras Fuerzas Armadas".
Si los aliados no quieren "limpiar" esos territorios de "terroristas", entonces "para la supervivencia de nuestra nación y el Estado, para nuestra integridad territorial, la seguridad de nuestras fronteras (…) y para impedir la instauración de un estado terrorista a nuestro lado, Turquía está obligada a hacerlo", sostuvo.
Al mismo tiempo, el político pidió "un mayor apoyo a Turquía" por parte de EE.UU., solicitando que al menos deje de suministrar armas a las milicias kurdas. Los países de la OTAN deben darse cuenta de que las armas que mandan pueden ser apuntadas contra Turquía, agregó Bozdag.
La operación en curso en el norte de Siria, 'Rama de Olivo', fue lanzada por Turquía el pasado 20 de enero, tras el anuncio del plan estadounidense de crear una fuerza de seguridad fronteriza kurda.