Dos equipos de científicos presentaron este lunes una especie de araña con una cola parecida a la de un escorpión, que es considerada un "eslabón perdido" en el desarrollo evolutivo de los arácnidos. La misma fue encontrada en perfecto estado dentro de una gota de ámbar en una jungla de Birmania, en el Sudeste Asiático, y data de 100 millones de años, informa AFP.
En dos estudios publicados coordinadamente en la publicación Nature Ecology and Evolution, uno de los equipos sostuvo que los órganos sexuales masculinos y las glándulas productoras de hilado vinculan a la criatura prehistórica con las arañas actuales.
El otro equipo, por su parte, se concentró en el cuerpo segmentado de la criatura y en su larga cola para afirmar que la 'Chimerarachne yingi' ―nombre científico de la especie― pertenece a un linaje extinto hace como mínimo 380 millones de años.
Más allá de las discrepancias, los investigadores coinciden en que la 'Chimerarachne yingi' llena un vacío en la aventura evolutiva de casi 50.000 especies distintas de arañas a lo largo del mundo que utilizan telas para atrapar presas.
"Es un eslabón perdido entre la antigua 'Uraraneida', que se asemeja a las arañas pero tiene cola y no dispone de glándulas productoras de hilado, y las arañas modernas, que no tienen cola, afirmó Bo Wang, paleobiólogo de la Academia China de Ciencias de Nanjing y autor principal del estudio.
La especie fue descubierta en simultáneo por dos grupos de científicos, quienes encontraron especímenes de la criatura en gotas traslúcidas de ámbar. Casualmente, ambos equipos presentaron sus hallazgos en la misma publicación, que se encargó de coordinar la presentación del descubrimiento de los dos equipos.
Parientes lejanos
La 'Chimerarachne yingi' también ostentaba un rasgo característico de todas las arañas actuales: apéndices parecidos a tenazas, llamados pedipalpos, usados para transferir esperma durante el apareamiento.
Su cola parecida a un látigo, probablemente "tenía un propósito sensorial", afirmó Wang. En contraste, las arañas modernas emplean hilado de seda para monitorear cambios en los alrededores.
Las arañas actuales también disponen de veneno segregado desde glándulas especiales. No obstante, ninguno de los estudios pudo confirmar si la 'Chimerarachne yingi' podía envenenar a sus presas.
Ambos equipos usaron tomografías computadas para disecar remotamente a los especímenes. La nueva especie fue descubierta en una jungla de Birmania, que produce cerca de 10 toneladas anuales de ámbar cada años.
El ámbar ha sido crucial para rastrear a los primeros ancestros de los arácnidos. "Las arañas poseen cuerpos blandos sin huesos, motivo por el cual no se fosilizan muy bien, entonces dependemos de condiciones especiales ―principalmente el ámbar― para encontrarlas", explicó Wang.