Herido a tiros y puñaladas, fue encontrado un orangután el pasado domingo en la aldea indonesia de Teluk Pandan, en la provincia de Kalimantan oriental, donde murió por la gravedad de sus heridas. Tres semanas atrás, otro simio apareció decapitado en Kalimantan central.
El primero de ellos tenía entre 5 y 6 años de edad y fue ubicado por un grupo de aldeanos. Miembros del Centro de Protección al Orangután (COP, por sus siglas en inglés) lo trasladaron, en estado crítico, al hospital Pupuk Kaltim, reportó el diario The Jakarta Post.
Los especialistas que atendieron al simio encontraron en todo su cuerpo docenas de viejas y nuevas heridas causadas por armas de aire comprimido –que disparan balines-, de las cuales 74 estaban en su cabeza. También le detectaron 19 heridas de arma blanca y, para más, su pie izquierdo había sido cercenado.
A pesar de los esfuerzos por salvarlo, el orangután murió el pasado martes tras 12 horas de cirugía y tratamientos en el hospital.
Un portavoz del COP, identificado como Ramadhani, precisó que se encontraron 130 balines en su cuerpo. Afirmó que se trata del mayor número de perdigones hallados en un orangután, una especie en grave peligro de extinción. Además, dijo que la autopsia determinó que el animal ya había sido herido en otras ocasiones.
El COP ha registrado 25 casos de orangutanes tiroteados desde 2012. Siete tuvieron lugar en Kalimantan oriental, cuatro en Kalimantan central, dos en Kalimantan occidental y los 12 casos restantes en Sumatra.
Ramadhani dijo que si las autoridades estuvieran realmente preocupadas por este asunto, podrían arrestar fácilmente a los culpables.
Los orangutanes de Kalimantan están al borde de la extinción, no sólo por la destrucción de su hábitat forestal, sino también por la caza furtiva. En la naturaleza, pueden vivir hasta 45 años.