El Gobierno británico vendió a las autoridades de Honduras sofisticado material de espionaje que se pudo poner en uso justo antes de las masivas protestas que se produjeron en el país centroamericano en contra de la polémica reelección del actual presidente Juan Orlando Hernández.
Este equipamiento está valorado en más de 400 mil dólares y puede usarse para rastrear llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajería instantánea, según informa The Guardian.