No es ningún secreto que la mayoría de los turistas que se adentran en los tres 'barrios rojos' donde se encuentran los burdeles de la capital holandesa piensan en echar un vistazo a los famosos escaparates donde exhiben sus encantos las prostitutas antes que en otros atractivos de esta antigua ciudad europea.
A partir de abril lo tendrán más difícil, puesto que el Ayuntamiento de Ámsterdam ha aprobado nuevas reglas: cuando los grupos de turistas, que no deberán exceder de 20 personas, se detengan para escuchar a su guía, lo deberán hacer de espaldas a los escaparates de De Wallen, el más famoso de los tres barrios-burdeles de la ciudad, informa la Asociación de Operadores Turísticos de Rusia.
Además, las nuevas normas establecidas para el segundo trimestre de este año estipulan que los turistas no podrán fotografiar a las prostitutas, deberán mostrar una actitud respetuosa hacia ellas y no mirarlas de forma continuada.
Es más, cualquier excursión en este barrio deberá terminar antes de las 11 de la noche, mientras que el consumo de alcohol y drogas estarán completamente prohibidos. En caso de violar estas normas, los guías se enfrentarán a multas de entre 190 y 950 euros.
Se informa que las nuevas reglas han sido aprobadas para proteger la intimidad de las trabajadoras sexuales.