En varios países occidentales el Carnaval es sinónimo de sátira, y en Alemania ambas palabras van unidas inequívocamente. Hoy se ha celebrado en Alemania el Rosemontag (el 'Lunes rosa'), el punto álgido de las celebraciones germanas en torno a estas fiestas centenarias. Aunque también se celebra en Austria y Suecia, se festeja especialmente en las ciudades alemanas de Colonia, Bonn, Düsseldorf, Aquisgrán y Maguncia, entre otras zonas de tradición católica.
Aunque la gente sale a la calle disfrazada a repartir caramelos y a bailar y a cantar, lo que el público realmente espera es el desfile de carrozas que pasean por las calles estatuas que hacen referencia a diversos temas de actualidad, y cómo no, a los líderes mundiales, a los que se ridiculiza en una espectacular y satírica puesta en escena.
Este año, como no podía ser de otra manera debido a todas sus peculiaridades, Donald Trump ha sido una de las estrellas del desfile. Se ha podido contemplar una imagen del presidente estadounidense 'luchando' con la injerencia rusa que tanto se ha intentado difundir en las últimas fechas, y también a modo de bebé gigante jugando con misiles junto con su homólogo norcoreano.
La canciller alemana Angela Merkel tampoco se ha librado de la burla carnavalesca y en Düsseldorf se la pudo ver caracterizada como una gran araña viuda negra rodeada de los restos óseos de sus adversarios, junto a un letrero en el que se leía "El siguiente, por favor". En Mainz se la representó como una especie de reptil gigante con el cartel: "El último de su especie".
El presidente francés Emmanuel Macron también ha estado presente en los desfiles y se le ha podido ver con una pose muy napoleónica en lo alto de un destartalado Citroën 2CV con la bandera de la Unión Europea en una de sus puertas.
Otros políticos alemanes no se han salvado de la quema. Martin Shulz, líder del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) aparecía en una carroza convirtiéndose a sí mismo en carne picada, como una cruda metáfora.
Theresa May no podía faltar en una cita como esta, y en su carroza se le puede ver justo después de parir el 'Brexit', representado como un ser deforme y aún unido a su 'mamá' por el cordón umbilical que hace brotar de la 'premier' británica corazones de amor.
El líder del partido gobernante de Polonia Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, y el primer ministro húngaro Víctor Orbán comparten carroza y una hoz y un martillo donde se lee "dictaduras correctas".