'La bebida de los dioses': una ruta por las históricas cantinas en Ciudad de México
En algún momento de su historia, los habitantes de Mesoamérica creían que 'Mayáhuel' era conocida como 'la diosa del pulque', una bebida hecha a base de la fermentación de la hoja del maguey o agave, que fungió durante siglos como el líquido de culto en sus ceremonias espirituales.
Algunas otras creencias ancestrales aseguraban que dicha deidad –también asociada a la fertilidad y la alimentación– bajó del cielo para amarse con 'el gran símbolo de la vida y el conocimiento', mejor conocido como 'Quetzalcóatl', que en lengua náhuatl significa 'serpiente emplumada'.
Lo cierto es que lo único que prevaleció de todas estas crónicas fue la creación y consumo de bebidas embriagantes en México. La mayoría de ellas ya no son exclusivas de las poblaciones indígenas ni de las clases humildes mestizas, ahora son consumidas por cualquier persona sin importar el estrato social.
RT se dio a la tarea de recorrer las calles del Centro Histórico de la capital mexicana, con el fin de hallar los recintos donde, a menudo, los mexicanos se reúnen para ingerir 'la bebida de los dioses' –mote atribuido al extinto imperio azteca– y compartir un sinfín de relatos de este país latinoamericano.
Cantina La Peninsular (1872)
Esta cantina histórica está ubicada entre las calles Corregidora y Roldán, y ha sido el escenario de grandes bohemias de barrio. En la década de 1960, la cantante y actriz mexicana Lucha Villa acudía con frecuencia a este lugar después de sus actuaciones magistrales de cabarets, según relatan usuarios del lugar.
Hasta hace unas décadas, La Peninsular obsequiaba propaganda comercial donde aparecían mensajes con albur o doble sentido, una tradición que feneció hasta 1982, cuando las mujeres comenzaron a ser aceptadas cada día más en las cantinas mexicanas que, tradicionalmente, eran dominadas por el sexo opuesto.
Restaurante Bar El Gallo de Oro (1874)
Desde su apertura, el Restaurante Bar El Gallo de Oro ubicado en la calle de Venustiano Carranza, número 35, fue concurrido por personalidades como Manuel Acuña (poeta), Guillermo Prieto (político), Justo Sierra (historiador), Manuel M. Flores (escritor) y Juan de Dios Peza (político).
Entre las muchas especialidades culinarias de este lugar, destacan los emparedados de lomo de res, acompañados de jitomate, cebolla y rajas de chile; así como el plato que lleva por nombre el lugar del recinto: Gallo de Oro, que consiste en un pollo a la leche adobado y cocinado a las brasas.
La Puerta del Sol (1887)
Este sitio localizado entre las vialidades de 5 de Mayo y Palma, es bastante visitada debido a su comida casera tradicional. Lo peculiar de La Puerta del Sol es que cuenta con una curiosa vista frontal de la cocina, a diferencia de la mayoría de las cantinas, donde estas se hallan totalmente ocultas para el público.
Cabe destacar que, esta cantina mexicana, fue el refugio de muchas personalidades de la vida política, social y, sobre todo, cultural de México. Uno de ellos fue el periodista Renato Leduc, quien se inspiró en este lugar para escribir 'Prometeo sifilítico', una de sus obras más controversiales publicada años después por el Fondo de Cultura Económica (FCE).
La Potosina (1890)
En la calle Jesús María, número 21, casi esquina con Emiliano Zapata, está ubicada la cantina de La Potosina, un icónico sitio que ofrece desde cervezas, rones, hasta vinos y tequilas añejos. A lo largo de los años, este sitio ha padecido diversas remodelaciones, sin embargo aún prevalecen las figuras de la Santa Muerte y San Judas Tadeo, las cuales brindan un aspecto urbano y muy peculiar en la zona.
La Potosina es uno de los pocos sitios tradicionales que existen en la Ciudad de México. Hay quienes recomiendan visitarla un jueves o viernes, mientras que algunos otros aseguran que lo que realmente vale la pena de este lugar es la bebida conocida como 'el conejo', un cóctel hecho a base de licor de café, vodka y rompope, el cual ha provocado que mucha gente salga de este lugar "brincando de alegría".
Restaurante Bar La Ópera (1895)
Este emblemático lugar está ubicado entre la confluencia de la avenida 5 de Mayo y la calle Filomeno Mata, en el corazón de la Ciudad de México. Sus orígenes datan del periodo conocido como Porfiriato, cuando este país latinoamericano tuvo un solo jefe de Estado durante los años 1876 y 1911.
Fundado inicialmente como salón de té y, posteriormente, como una chocolatería, el Bar La Ópera debe su nombre a la leyenda que versa sobre el testimonio del balazo del general mexicano, Francisco Villa (1878-1923), el cual todavía se puede apreciar en el techo del recinto.
Cabe mencionar que, en este lugar, existe constancia impresa de los personajes ilustres que recorrieron los pasillos de esta cantina, entre ellos, Carlos Fuentes (escritor), José Luis Cuevas (pintor), Carlos Monsiváis (cronista) y Gabriel García Márquez (novelista), quien alguna vez deseó conseguir algunos espejos del bar, según testimonios.
José Luis Montenegro