Zijlstra renunció un día después de reconocer haber mentido cuando afirmó que en 2006 estuvo presente en una reunión con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, a la que en realidad nunca asistió.
El alto cargo admitió que su credibilidad se había visto perjudicada por el escándalo hasta tal punto que su posición se había vuelto insostenible.
Zijlstra comenzó en 2014 a relatar sobre su presencia en un encuentro en casa de Putin cuando trabajaba en el gigante energético Shell. El ministro afirmó entonces que oyó al presidente ruso hablar de un proyecto de crear una gran Rusia que se formaría con los países Bálticos y otros países vecinos.
"Mentí sobre mi presencia"
"Decidí que esta era una historia geopolítica importante que tenía implicaciones serias. Mentí sobre mi presencia en la reunión para asegurarme de proteger a la persona que de verdad estuvo allí", contó Zijlstra.
Un exalto ejecutivo de Shell reveló que el canciller no había asistido al encuentro con Putin de 2006. A raíz de este escándalo, varios diputados pidieron la dimisión de Zijlstra y el ultraderechista Partido de la Libertad (PVV) exigió que diera explicaciones en el Parlamento.
Esta semana Zijlstra tenía previsto viajar a Moscú para reunirse por primera vez como canciller con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.