Este obispo negocia con los más feroces narcotraficantes de México
Al menos seis sacerdotes han sido asesinados en el estado de Guerrero (México) desde 2009, pero el obispo Salvador Rangel trata de detener este saldo sangriento.
Ese prelado desarrolla su labor diaria para combatir la violencia en una de las zonas más problemáticas de México y cuna del narcotráfico en ese país.
Rangel apela al diálogo para tratar de contener las masacres que se suceden en la diócesis de Chilpancingo-Chilapa y todo indica que sus métodos comienzan a dar resultados.
Esta mañana sostengo reunión con Monseñor Leopoldo González González, Arzobispo de Acapulco y con Monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo de Chilpancingo-Chilapa. pic.twitter.com/J10Of81I2A
— Héctor Astudillo (@HectorAstudillo) February 15, 2018
"Yo no reprocho sus conductas. Solo con poder hablar con ellos y resolver cualquier problema, por pequeño que parezca, es importante para mí", explica a The Guardian.
Mediación eclesiástica
Este mitrado ha mediado para llevar a cabo intercambios de prisioneros entre bandas enemigas e incluso ha negociado la liberación de algunas personas secuestradas.
Salvador Rangel explica que su éxito se basa en el respeto que algunos líderes del narcotráfico sienten por los representantes religiosos aunque, en su intento de entablar un diálogo sobre la paz en la zona, ha fracasado con al menos ocho organizaciones criminales de la diócesis.
En cualquier caso, este religioso reconoce que teme más al Gobierno que a las bandas criminales: "He pedido ayuda a muchos políticos y me responden que no pueden implicarse en el asunto. Eso es porque reciben dinero de algún grupo y no quieren poner en riesgo el negocio", argumenta.
En 2017, México registró un récord de violencia, con un promedio de 80 asesinatos diarios. Guerrero se situó a la cabeza de ese índice, con 2.529 homicidios dolosos, casi todos vinculados con la lucha de poder entre bandas de narcotraficantes.