Gracias a un severo régimen de ahorro de agua y a la generosidad de los granjeros, Ciudad del Cabo pudo postergar el temido "Día Cero", momento en el que se espera que las tuberías de esa urbe sudafricana se queden sin agua, como consecuencia de las severas sequías que atraviesa la región, informa Reuters.
En un esfuerzo conjunto de sus cuatro millones de habitantes, la ciudad pudo anunciar el pasado martes la postergación del temido "Día Cero" del 4 de junio al 9 de julio, gracias a una drástica disminución en el consumo de agua. También contribuyó de manera significativa la liberación de 10 mil millones de litros de agua desde los reservorios privados de la Asociación de Granjeros de Groenland hacia la represa de almacenamiento de Steenbras.
Debido a la fuertes sequías que afectan principalmente a las regiones sur y oeste –Ciudad del Cabo incluída–, Sudáfrica se vio obligada a declarar el estado de desastre nacional, lo que da lugar a un mayor gasto de dinero y recursos para hacer frente a la crisis.
Con cerca de dos millones de visitantes por año, Ciudad del Cabo busca fortalecer su capacidad de adaptación a medida que los efectos del cambio climático la golpean, al igual que sucede en otras ciudades secas, como por ejemplo Melbourne (Australia) y algunos poblados de California (EE.UU.).
"Sabemos que al tiempo que debemos atravesar tiempos desafiantes, vamos a construir una economía verde de primer nivel, que será el faro de esperanza para muchos lugares", afirmó Tim Harris, jefe ejecutivo de Wesgro, una agencia regional de turismo.
Según afirmaron fuentes oficiales anteriormente, la sequía crónica está afectando el número de visitantes a la ciudad y golpeando así un punto fuerte de la economía sudafricana.
En los últimos tres años, de acuerdo al Servicio Meteorológico de Sudáfrica, se han producido dos de las temporadas más secas registradas desde 1921, cuando comenzaron las mediciones en la ciudad. En 2015, con un total de apenas 549 mm, y el año pasado -récord absoluto- con precipitaciones anuales de tan solo 499 mm.
Enfrentada además con impuestos punitivos y severas restricciones de agua, la crisis hídrica ha obligado a los habitantes de Ciudad del Cabo a recortar su consumo en más de la mitad en los últimos tres años. Actualmente, el consumo individual diario está restringido a 50 litros.
"Todos debemos hacer absolutamente todo lo que esté a nuestro alcance para llegar a las metas propuestas por el departamento nacional para reducir el consumo urbano en un 45 %", dijo Ian Neilson, el vicealcalde de la ciudad.
En respuesta a la problemática, ya se ha planificado la construcción de varias plantas de desalinización que, junto con las reservas subterráneas de agua, podrían aumentar los recursos hídricos en el futuro.