Al recibir en 2018 la nueva bomba planeador, la Fuerza Aérea rusa amplía sus capacidades de combate, aseguró el director general del Grupo Tejmash, Vladímir Lepin, citado por RIA Novosti.
Se informa que la bomba se denomina Drel ('Taladro') y permitirá atacar al enemigo en tierra sin entrar en el área de alcance de sus medios de defensa.
El desarrollo de este tipo de municiones se lleva a cabo activamente en varios países. Por ese motivo, RIA Novosti ha dedicado una publicación a explicar qué pueden realizar estas bombas guiadas provistas de alas y cuáles son sus ventajas sobre los misiles.
¿Qué son las bombas planeadoras?
La primera bomba planeadora, la alemana Henschel Hs 293, más comúnmente conocida como Fritz X, fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial y hundió varios buques de los aliados. Una munición controlada por radio con un acelerador a chorro podría alejarse desde el punto de su lanzamiento a unos 14 kilómetros.
Durante los años de posguerra, los desarrollos de este tipo de municiones continuaron pero se intensificaron sobre todo en la década de los 90, cuando Estados Unidos puso en marcha el Sistema de Posicionamiento Global (GPS), que permitió aumentar su precisión. En los últimos años, el arsenal del Pentágono se amplió, con varios tipos de bombas planeadoras. Bastaría con mencionar, por ejemplo, la GBU-39, con un alcance de hasta 110 kilómetros y la AGM-154 JSOW, capaz de sobrevolar 130 kilómetros.
Según los expertos, las bombas planeadoras modernas tienen algunas ventajas sobre las municiones de aviación clásicas. "Se puede impactar los objetivos sin entrar en la zona de alcance de los sistemas de defensa aérea con misiles aire-tierra, pero el peso de su ojiva no siempre es suficiente para hacer un daño sustancial", explicó a RIA Novosti el analista militar Alexéi Leonkov .
"Una bomba planeadora resuelve esta tarea impactando el objetivo con precisión, y sin que el (avión) portador entre en el área de alcance del sistema antiaéreo", precisó.
La bomba planeadora rusa Drel contra la AGM-154 de EE.UU.
El desarrollo de la bomba planeadora rusa PBK-500U Drel comenzó en la década de los 90, pero el prototipo fue probado recién en 2016. Existe la opinión de que su desarrollo se retrasó debido a las demoras en el lanzamiento del sistema de posicionamiento global ruso GLONASS. Además de la navegación satelital, la bomba utiliza un sistema de guía inercial. El alcance máximo de la Drel, según diversas fuentes, varía entre 30 y 50 kilómetros, que es tres veces menor que su competidor estadounidense.
La bomba está equipada con quince submuniciones autoguiadas asignadas, que se separan del cuerpo de la bomba en la zona programada. Durante el descenso en el paracaídas, cada una de ellas escanea el espacio con sensores infrarrojos y de radar e impacta el material blindado enemigo por su parte superior, la menos protegida.
Por su parte, la submunición estadounidense BLU-108 funciona con un algoritmo similar. La única diferencia es que está dirigida al objetivo por un canal infrarrojo y no 've' objetivos que no emiten calor. Además, las minibombas rusas son capaces de distinguir entre objetivos 'amigos' o 'enemigos' y pueden ser utilizados sobre zonas en que las partes rivales se encuentran muy cerca una de la otra.
¿En qué conflictos se usarán?
"La principal ventaja de las bombas planeadoras es que son mucho más baratas que los misiles guiados con sistemas láser, pero tienen un rango aceptable de alcance y alta precisión", afirmó a RIA Novosti el experto militar Mijail Jodarionok. "No tiene sentido usar un misil que vale medio millón de dólares contra un todoterreno o una carpa de extremistas hecha jirones", concluyó.