Kelsey Elizabeth Johnson y Benjamin F. Voight, dos científicos de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), afirman que la evolución provoca que los seres humanos resistan peor la ingesta de grandes cantidades de alcohol, según un estudio publicado en la revista Nature.
Esos especialistas han descubierto que nuestros genes desarrollan variantes de una enzima que descompone el alcohol en el cuerpo que son menos efectivas para procesar las bebidas espirituosas y algunas personas quedan en tal estado que es probable que no desarrollen el gusto por beber esas sustancias.
Esta investigación se ha basado en los resultados del 'Proyecto 1.000 genomas', fruto de una iniciativa internacional para catalogar la variación genética del hombre a lo largo de 10 años. Al parecer, esas nuevas variantes de enzima se observaron en cinco poblaciones de diferentes continentes, lo cual indicaría que la modificación genética sería consecuencia directa de la evolución humana.
La identificación del papel de los genes en el consumo de alcohol se considera una cuestión crucial a la hora de crear una solución médica para el alcoholismo. De hecho, científicos del King's College de Londres (Reino Unido) concluyeron que un gen provoca que las personas sean más propensas a beber en noviembre de 2016.
Este descubrimiento podría ayudar a encontrar nuevos tratamientos para los alcohólicos, ya que es posible reproducir la función del gen para "suprimir el consumo en bebedores problemáticos", declaró Gunter Schumann, profesor del Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres, al diario británico The Sun.