Un informe de la Agencia Nacional contra el Crimen del Reino Unido publicado el pasado 4 de marzo por The Sunday Times indica que gigantes informáticos como Google y Facebook "sacan provecho" del tráfico de esclavas sexuales en territorio británico.
Ahora, este país europeo busca métodos legítimos para responsabilizar a esas plataformas por permitir a sus usuarios publicitar servicios que trafican con niños y mujeres. De hecho, las autoridades británicas consideran que las compañías informáticas se han convertido en "el factor clave para la explotación sexual" de personas vulnerables.
Will Kerr, un representante de ese organismo estatal, asegura que "la gente usa Internet y cuentas en redes sociales para propiciar la explotación sexual y el tráfico [de personas]" y considera que "las plataformas de Internet que alojan y sacan beneficios de este tipo de material deben hacer más para identificar y detener" esas prácticas.
En especial, esto sucede en los llamados 'burdeles temporales' que los criminales controlan a través de esas plataformas. Estos lugares permanecen en apartamentos alquilados durante un mes y después se mudan a otros inmuebles, una costumbre que dificulta la búsqueda de los malhechores y el rescate de sus víctimas.