El amplio vocabulario de los mexicanos existe, en gran medida, por el doble sentido que le dan a las palabras, así como la connotación que adquiere el léxico por las metáforas que construyen y el contexto en el que las utilizan. Por ejemplo, un ciudadano del país azteca puede emplear un sinfín de frases para decir simplemente "sí", entre ellas, "cámara", "simón", "ya estás", "te la sabes", "a huevo", "rifado", "sale" o "zas".
Mientras que para un mexicano la expresión "llego en cinco minutos" significa "llego en una hora" o "no he salido de mi casa", para cualquier otra persona significaría "arribo a nuestro punto de encuentro exactamente en cinco minutos", es decir, el sentido literal de la oración o la propia expresión.
Sin embargo, ¿de dónde provienen todas esas frases que utilizan hoy en día la mayoría de los mexicanos?
Descontento social
A mediados de la década de 1990, un grupo musical mexicano llamado Café Tacuba se hizo popular por una canción titulada 'Chilanga banda'. En esta melodía, los integrantes de dicha banda hacían referencia al modo de hablar de los habitantes que, en ese entonces, vivían en la capital de la República Mexicana, mejor conocida como el Distrito Federal.
La canción iniciaba con la frase "ya chole, chango chilango", que significa "ya basta, ciudadano de la capital mexicana"; y continuaba con la oración "que chafa chamba te chutas", es decir, "que feo trabajo tienes"; "no checa andar de tacuche", "no te queda andar de traje"; "y chale con la charola", "ni tampoco con la placa de la policía capitalina".
A lo largo de la canción, el grupo originario de Ciudad Satélite, en el Estado de México, exponía de manera cómica ciertos vicios en el lenguaje de sus habitantes que, por cultura o modismo, ellos implementaban para comunicarse con ciertos grupos o tribus urbanas. De manera intempestiva, esta forma de hablar se volvió popular entre las nuevas generaciones y prevaleció hasta la fecha.
Cabe mencionar que, en el año 1972, el escritor mexicano Armando Ramírez publicó su libro 'Chi Chin, El Teporocho', una novela que exponía los excesos de un barrio mexicano conocido como Tepito, en el cual ya se utilizaba un lenguaje poco convencional dentro de la sociedad. En aquella obra, el autor le dio voz a una comunidad brava y la convirtió en una épica historia que no ha perdido vigencia.
Otros autores como Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, José Agustín y Enrique Serna también retrataron en sus libros a los habitantes del país azteca, principalmente en la etapa posrevolucionaria, la cual padecía de muchas carencias pero una actitud impecable ante la desigualdad, los ambages de la clase política y la delincuencia organizada, haciendo hincapié en el surgimiento de la globalización y los grupos y movimientos sociales que se convirtieron en catalizadores del descontento mexicano.
"¡Qué milanesas que te dejas bisteces!"
En este artículo, trataremos de explicar algunas de las tantas palabras o frases mexicanas que los extranjeros han escuchado pero que por razones culturales o modismos de la región no entienden.
- "Echar la hueva". Pasar todo el día en el completo ocio. Ejemplo: "No quiero ir a trabajar, prefiero echar la hueva".
- "Te chilla la ardilla". Te huele el sobaco o la axila por no usar desodorante.
- "¡Ya chupó faros!". Ya se murió o ya perdió. Ejemplo: "La Selección de Fútbol Mexicana ya chupó faros, esta tarde perdió contra el equipo de Panamá".
- "Ni yendo a bailar a Chalma". Ni con un milagro podrás lograr tu cometido. Ejemplo: "Llevas cinco años soltero, yo creo que ni yendo a bailar a Chalma alguien se fijaría en ti".
- "Se le hace agua la canoa". Estar muy excitado o emocionado por algo o alguien. Ejemplo: "Ayer pasé por un puesto de tacos y se me hizo agua la canoa".
- "¡Qué milanesas que te dejas bisteces!". "¡Qué milagro que te dejas ver!"
- "Lo agarraron tragando camote". Estaba distraído o desprevenido.
- "No tengo varo". No tengo dinero.
- "Tengo que ir a chambear". Tengo que asistir al trabajo.
- "¡Vamos a chupar!". "¡Vamos a una fiesta!" o "¡Vamos a beber alcohol!".
- "De tocho morocho". De todo un poco. Ejemplo: "Ayer fui a una tienda de ropa y había de tocho morocho".
- "Se hizo la jarocha". Decisión de una persona de cortarse su miembro viril.
- "Ya lo balconearon". Poner en evidencia a alguien. Ejemplo: "A Juan ya lo balconearon, su novia descubrió que le es infiel".
- "Estar hasta las chanclas". Prevalecer por un periodo prolongado de tiempo en estado de ebriedad.
- "¿Qué pedo?". Puede referirse a "hola", "¿cómo estás?" o "¿qué hay de nuevo?".
- "¡A huevo!". Sensación reconfortante cuando algo sale bien. Ejemplo: "¡A huevo, aprobé mi examen de Química!".
- "No canta mal las rancheras". No es malo en lo que hace. Ejemplo: "Mi tía preparó una sopa deliciosa, al parecer no canta tan mal las rancheras".
- "Dar el gatazo". De mala calidad pero pasa como bueno. Ejemplo: "Compré un vestido que no es de diseñador, pero da el gatazo".
- "¡Me lleva la chingada!". Vivir una situación difícil. Ejemplo: "Ya no tengo dinero y tengo que pagar mis deudas, ¡me lleva la chingada!"
- "Echar pata". Tener relaciones sexuales.
Algunas de las frases antes mencionadas, pueden ser utilizadas en una sola oración, lo cual resulta aún más complejo para los ciudadanos que no viven en México. A continuación, compartimos algunos ejemplos:
- "¡Me lleva la chingada!, yo quería ir a chupar con mis amigos para ponerme hasta las chanclas pero mañana tengo que chambear". Significado: "¡No puedo creerlo!, yo tenía intenciones de salir a tomar una copa con mis amigos con el objetivo de embriagarme pero mañana tengo que trabajar".
- "¡A huevo!, esa señora no canta mal las rancheras, la comida que preparó sí da el gatazo. Me cae que sabe hacer de tocho morocho". Significado: "¡Qué bien! La señora sí sabe cocinar, la comida que preparó estaba buena. A lo mejor puede elaborar otro tipo de platillos".
- "Quiero echar pata, ya se me hizo agua la canoa". Significado: "Quiero tener relaciones sexuales con alguien, ya me dieron muchas ganas".
José Luis Montenegro